Un desprendimiento corta el tráfico en la N-260
Las rocas cerraron otra vez el paso por el congosto del Ventamillo
El pasado miércoles se registró una caída de piedras a la altura del kilómetro 389,9 de la N-260, en el congosto de Ventamillo --accidente geográfico que da acceso en el valle de Benasque--, que, en un primer momento, cortó por completo la circulación hasta que se ha pudo limpiar uno de los carriles para dar paso alternativo. La circulación, en ese tramo, se está regulando con un semáforo.
Afortunadamente, en el momento del desprendimiento no circulaba ningún vehículo por lo que no hay que lamentar daños personales pero si materiales, porque las rocas, al caer, destrozaron un buen tramo del quitamiedos que delimita la carretera , además de afectar también al firme de la calzada.
Se da la circunstancia que en el año 2019 hubo otro desprendimiento, de similares características, que también dañó la calzada. Y los vecinos del valle recuerdan asimismo, otro aún de mayores dimensiones, entre los años 2007 y 2008, que también se llevó un carril por delante. Se trata del tramo de la N-260 correspondiente al congosto del Ventamillo, el cual queda fuera de la obra de acondicionamiento de la vía donde, por razones ambientales es por lo que se conserva el trazado y la sección transversal de la carretera actual, y solo se llevarán a cabo las actuaciones necesarias de conservación y rehabilitación del firme.
Tras el desprendimiento de piedras que tuvo lugar el miércoles en la N-260, ayer todavía se continuaba dando paso alternativo a los vehículos que transitaban por la calzada. El tramo, por ello, está regulado por semáforos mientras personal de conservación de carreteras del Ministerio de Fomento se encuentra actuando en estos momentos en la zona, con el objetivo de minimizar las afecciones provocadas por la caída de rocas en el firme y el quitamiedos, elementos fundamentales para garantizar la seguridad del tráfico.