Si los gestores hubieran considerado los diferentes escenarios?
ro de forma mucho más acusada en el pasado siglo. En el Renacimiento se inició la Revolución Científica, una cooperación entre el poder político y la Ciencia que comenzó a dar sus frutos de forma paulatina y culminó en la Ilustración, con la creación de Colegios, Escuelas, Sociedades y Academias.
Se entendió que la inversión en Ciencia tendría como resultado, tarde o temprano, desarrollos tecnológicos con un impacto positivo en diferentes ámbitos en la sociedad. Pero a partir del siglo XIX se inició una etapa de desafección del poder político hacia la Ciencia, de la que no entiendo bien sus causas, cuyas consecuencias se están experimentando en los últimos años. Si seguimos así, tarde o temprano llamaremos al diablo con dos tejas.