Para los mayores
He asistido a las clases de la Universidad de la Experiencia y de la Universidad Popular. Ambas Instituciones no me han fallado en las expectativas. Los últimos años asistí a la Universidad Popular, y aún siendo imposible que todas las personas obtuviésemos plaza aceptábamos de buen grado el sorteo de dichas plazas. Pero en está actividad también han influido las restricciones motivadas por el covid. En septiembre reanudamos los cursos con medidas de seguridad extrema y las clases presenciales se redujeron al 50% y también se aceptó como la mejor solución. El problema ha venido, en la solicitud de cursos para el cuatrimestre de febrero a junio.
El descontento ha sido muy generalizado. Por distintos medios informativos hemos escuchado las protestas que se le hacían a la organización de la Institución. La respuesta por parte de los gestores se acaba reduciendo a la falta de presupuesto para atender a la creciente petición de ingresar a estos cursos. Si es una dificultad económica, de los famosos recortes que llegan a gran parte de medidas sociales; los afectados que cada vez resulta más fácil ponernos en contacto, exponemos, que se podrían reconducir y estudiar las vías que nos proporcionan ese ocio cultural tan beneficioso para nuestra salud mental. Es atrevimiento por la parte de los afectados, que no sabemos de gestión, dudar de su buena disposición para que lleguen las cursos a mayor número de personas que lo solicitan, pero pensamos que hay partidas de dinero que dispensan de forma aleatoria sin que repercuta al mejor aprovechamiento de él. Finalizar dando las gracias a ambas Instituciones.