El campus, en un consorcio europeo de vanguardia
El laboratorio aragonés Lacrima (de Cribado e Interacciones Moleculares de Aragón) ha situado al Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (Bifi) de la Universidad de Zaragoza a la cabeza europea en infraestructuras para el desarrollo de fármacos de vanguardia, al formar parte de un consorcio europeo (llamado Mosbri) integrado por 15 socios de 11 países, que ha obtenido una financiación de cinco millones de euros dentro del programa H2020 de la Unión Europea. Son dos los socios españoles en él y proporcionará servicio sin coste a todos los investigadores de la Unión Europea (UE).
Javier Sancho y Adrián Velázquez-Campoy dirigen la infraestructura científico-tecnológica del laboratorio Lacrima, dedicada al estudio de proteínas y tratamientos para el alzhéimer, párkinson, fenilcetonuria, infección por helicobacter pylori, hepatitis C, tuberculosis, aspergilosis, síndrome de Rett, cáncer pancreático y cáncer colorrectal.