El Periódico Aragón

La división en la UE por la vacuna se agrava con más disensione­s

Austria y Dinamarca se desmarcan del resto de socios y estudian producir dosis con Israel Eslovaquia se suma a Hungría y compra también el antídoto ruso Sputnik aunque no está autorizado

- SILVIA MARTÍNEZ eparagon@elperiodic­o.com BRUSELAS

La estrategia de vacunas contra el covid-19 de la Unión Europea (UE) hace aguas. El aumento de los contagios por las nuevas variantes del virus y los retrasos en la distribuci­ón de las dosis compradas por la Unión a los tres fabricante­s que ya han recibido la aprobación de la Agencia Europea del Medicament­o (EMA) –Pfizer-BionTech-, Moderna y AstraZenec­a– siguen generando polémica y críticas en algunos Estados miembros, que han empezado a buscar activament­e soluciones por su cuenta más allá de las fronteras europeas.

Es el caso de Austria y Dinamarca, que anunciaron su intención de formar una alianza y cooperar estrechame­nte con Israel en la investigac­ión y producción de vacunas para sortear los cuellos de botella que impiden una producción y una distribuci­ón masiva. «Me alegro de que [Ursula] Von der Leyen tomara tan pronto la iniciativa de adquirir vacunas. Pero tenemos que mirar hacia adelante y prepararno­s para nuevas mutaciones. No deberíamos seguir dependiend­o solamente de la UE para la producción de vacunas de segunda generación», defiende el primer ministro austríaco, Sebastian Kurz, uno de los líderes particular­mente críticos con la lentitud de la EMA en la aprobación de vacunas.

«Los expertos calculan que necesitare­mos vacunas anuales para seis millones de austriacos. Por eso queremos trabajar en estrecha colaboraci­ón con Dinamarca e Israel en la investigac­ión y producción de vacunas», explicó en sus redes sociales. Kurz y su homóloga danesa, Mette Frederikse­n, viajarán mañana a Jerusalén para entablar conversaci­ones directamen­te con el primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, sobre la exitosa estrategia de vacunación de Israel, que a fecha del 1 de marzo había inyectado la primera dosis a más del 55% de su población, y las dos necesarias para garantizar la inmunizaci­ón al 39,7%. Sobre la mesa, según indicó Netanyahu, está la creación de «una corporació­n internacio­nal para la fabricació­n de vacunas».

UN JARRO DE AGUA FRÍA La decisión de Viena y Copenhague supone nuevo jarro de agua fría y abre nuevas fisuras en el intento de Bruselas por mantener la unidad de la UE. Aun así, la Comisión Europea niega que la estrategia conjunta haya quedado tocada. «Es importante ver los diferentes enfoques que se siguen y será útil extraer lecciones de otros países como Israel. Estos esfuerzos no compiten, sino que refuerzan, y es en este espíritu en el que vemos la misión», señaló el portavoz de Sanidad, Stefan de Keersmaeck­er, quien recordó que la UE ha adquirido gracias a la estrategia de compras conjunta 2.500 millones de dosis, 1.500 de ellas a los tres fabricante­s autorizado­s.

La apuesta Kurz-Frederikse­n no es, sin embargo, un hecho aislado. Cada vez son más los países de la Unión que optan por romper filas y salirse del carril marcado por Bruselas. Ya sea en el control de las fronteras con la imposición de controles o con las vacunas.

Este lunes, Eslovaquia anunció la compra de dos millones de dosis de la vacuna rusa Sputnik V, siguiendo los pasos de Hungría, que también ha adquirido la china de la farmacéuti­ca Sinopharm. «Dado que el covid-19 no tiene ninguna inclinació­n geopolític­a y que no se trata de política, sino únicamente de proteger la salud y vidas, pensamos que es correcto comprar la vacuna rusa, una vacuna fiable», recordó el primer ministro eslovaco, Igor Matovic.

Ni la inyección rusa ni la china tienen autorizaci­ón de comerciali­zación de la EMA, por lo que no pueden formar parte de la cartera de la UE. Pero más países miran en esa dirección, como Croacia, que ha abierto el debate interno sobre una posible compra de SputnikV, y de la República Checa, con una de las tasas de contagios per cápita más altas del mundo (1.120 por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días).

También Polonia baraja la posibilida­d de hacerse con dosis chinas y su presidente, Andrej Duda, habló por teléfono con el líder chino, Xi Jinping, sobre esa posibilida­d. Bruselas no entra en polémicas. «Los Estados miembros tienen la posibilida­d de cerrar contratos de vacunas fuera de la cartera europea», afirman.

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PASCAL ROSSIGNOL / REUTERS Un hombre mayor recibe una dosis de la vacuna Pfizer en su casa, en Banteux (Francia).

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