La sala Dubai no podrá abrir sin una autorización vecinal
Necesita un permiso de la comunidad que no ha conseguido para hacer una rampa Se han apreciado grietas en los pilares del local, lo que ha llevado a paralizar las obras
La discoteca Dubai, en la calle Celanova, en el barrio de Delicias, que acumulaba numerosas quejas vecinales y ya había sido sancionada por diferentes motivos y obligada a su cierre temporal, no podrá retomar su actividad sin el permiso de la comunidad de propietarios del inmueble. De hecho, «en ese local no podrá ejercerse ninguna actividad que los vecinos no autoricen», dijo el concejal de Urbanismo y Equipamientos, Víctor Serrano, porque para que el negocio pueda obtener la licencia de funcionamiento «deberá cumplir con la normativa de accesibilidad y eliminación de barreras arquitectónicas, y esa situación solo se puede conseguir convirtiendo en rampa unas escaleras que pertenecen a la comunidad de propietarios del edificio». Es decir, «los vecinos pueden elegir a quién le dejan convertir las escaleras y, por tanto, a quién le permiten ejercer su actividad».
«Urbanismo se comprometió a vigilar de forma estricta el devenir de un local que ha causado molestias, incomodidad e inseguridad en los vecinos», recordó el concejal. Tenemos claro que la normativa es estricta y debe cumplirse, porque no hay nada más injusto e insolidario que ser permisivos con aquellos que se saltan las normas o que no respetan y garantizan la libre y pacífica convivencia», dijo Serrano.
Sin embargo, tras las inspecciones realizadas por los servicios técnicos municipales se han detectado dos problemas concretos que impedirán su apertura. Por un lado, en la visita de inspección realizada, y dada la configuración arquitectónica del inmueble y la situación del local en un plano alzado respecto de la acera, se ha observado que el local no dispone de acceso universal al mismo, desde la calle. O sea, que existen unas barreras arquitectónicas (escaleras) imposibles de salvar.
El proyecto presentado por los propietarios del local y autorizado por Urbanismo tenía una rampa grafiada. Sin embargo, esas escaleras son un elemento común de la comunidad de propietarios, que no ha dado autorización. Se planteaba también la demolición de un muro (para lo que también era necesario el visto bueno de los vecinos) y ocupar con la rampa el dominio público, pero al ser en beneficio privado no se ajusta a derecho, por lo que el ayuntamiento tampoco concederá la autorización.
De este modo, la accesibilidad universal al local solo se garantiza reconvirtiendo las escaleras en rampa, que los propietarios de la comunidad deben autorizar. «Los vecinos pueden decidir a quién le dan permiso para hacer esa modificación. Sin ella es imposible que se otorgue la licencia de funcionamiento, preceptiva para el ejercicio de cualquier actividad en el citado local», apuntó el edil.
Además, en la ejecución de obras de los dos locales y con ocasión de la eliminación del mortero del forjado de suelo del establecimiento, la inspección técnica ha apreciado la existencia de grietas en la estructura de pilares del inmueble. Esto ha conllevado la paralización inmediata de las obras.
En el próximo consejo de Gerencia de Urbanismo se va a elevar una propuesta en la que se resuelve el recurso de la comunidad de propietarios contra el otorgamiento de licencia.