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Cañizares, Láinez y Esteban se recuerdan en la precocidad del guardameta titular del Huesca con tan solo 22 años Los tres analistas lo definen como «un portero moderno» y le aconsejan «seguir centrado en el día a día»
El reflejo de haber estado en esa secuencia provoca la empatía hasta reconocer perfectamente en la piel esas mismas sensaciones y sentimientos que está viviendo el otro. Convertirse en portero titular de un Primera con 22 años no es sencillo. No es lo habitual. Álvaro Fernández tampoco es el primero que consigue una condición compleja por los estereotipos que rodean al guardameta precoz. César Láinez, Santiago Cañizares y Esteban Gómez tuvieron que sortear estos tópicos para desarrollar sus consolidadas carreras. Ahora son entrenadores y/o analistas en distintos medios, siguen la categoría con ojos gatunos, aquellos enfocados desde la soledad del larguero, que
Esteban paso del filial al primer equipo del Oviedo en 1997 en la dorada época del PC Fútbol. «Empecé la pretemporada como el cuarto portero y acabé siendo el titular», recuerda. Debutó en Primera ante la Real Sociedad sustituyendo a Mora con, sí, los mismos 22 años de Álvaro, y, como ahora espera el de Arnedo, siendo clave en una permanencia. Su trayectoria es el paradigma de superación con multitud de cambios de categoría, suplencias y saltos de equipos entre Atlético, Celta, Sevilla o Almería. «Álvaro ha demostrado que es fuerte, que no ha cedido tras perder la titularidad tras hacer un buen año en Segunda y, además, perder la ocasión de disputar unos Juegos. Es el consejo que le doy, que siga centrado en el día a día porque nunca sabes qué puede pasar, puedes volver a ser suplente, lesionarte, una mala racha. Siendo tan joven debe mirar el hoy y seguir mejorando», afirma el asturiano de Avilés.
A Santiago Cañizares le recordamos con el pelo amarillo en el