La represión crece y suma más muertos
Los militares han matado a más de 125 civiles desde el viernes
Miles de birmanos volvieron a salir ayer a las calles en algunas ciudades de Birmania para protestar contra la junta militar tras un fin de semana de extrema violencia en el que la policía y los soldados mataron a más de 120 civiles, incluidos 7 menores. En la jornada de este lunes se registraron cinco muertes de manifestantes más, tres de ellas en la ciudad de Rangún, la capital, según informaron testigos y medios de comunicación locales.
Las fuerzas de seguridad continúan haciendo uso de la fuerza letal contra los manifestantes. Además de en Rangún, unos 20.000 manifestantes, incluidos monjes, protestaron contra el golpe militar del pasado 1 de febrero en Tangse, en la región de Sagaing, según el portal Myanmar Now, mientras que otras marchas tuvieron lugar en ciudades como Bago y Mawlamyine, la capital del estado Mon.
En su último informe, la Asociación para la Asistencia de los Presos Políticos (AAPP) de Birmania indicó que la cifra total de víctimas mortales por la represión militar y policial asciende a 459, con al menos 90 fallecidos el sábado, el día más sangriento desde el golpe, y otros 36 el domingo. El fin de semana, dos aviones de la Fuerza Aérea birmana dispararon y lanzaron bombas contra varias aldeas de la minoría étnica karen, lo que provocó el desplazamiento de 10.000 personas y que al menos 3.000 crucen la frontera con Tailandia.
La violencia en los últimos dos días ha provocado una oleada de condenas por parte de la Unión Europea (UE) y países como Estados Unidos, Reino Unido, Francia o España, mientras que la ONU puso la bandera a media asta en sus oficinas en Birmania en memoria de los fallecidos. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó el domingo que la represión en Birmania es «absolutamente intolerable». La UE, a través de su alto representante en Política Exterior, Josep Borrell, también condenó la «escalada de la violencia inaceptable» y «el camino sin sentido» escogido por la junta militar birmana.
Por su parte, Rusia no aprueba la violencia que asola desde hace casi dos meses a Birmania, aunque colabore con las actuales autoridades militares del país asiático, según declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. De hecho, una delegación rusa participó el sábado en la parada militar del Día de las Fuerzas Armadas de Birmania.