Interceptados contenedores de vacunas falsas del covid para Europa
Las mafias venden productos fraudulentos a particulares y a intermediarios Las dificultades de abastecimiento han provocado el surgimiento de redes
Las inyecciones de los fármacos de las empresas BioNTech/Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen son, por ahora, la única vía para frenar la expansión del covid-19, enfermedad para la que todavía no se ha hallado un tratamiento efectivo. Y actualmente solo el 5% de la población de la Unión Europea está inmunizada en este momento debido a las dificultades de abastecimiento de vacunas.
Este contexto de estrecheces industriales ha dado brío a una actividad muy nociva tanto para la salud como para la economía, la falsificación de vacunas, un fenómeno que se veía venir. Ya a principio de la pandemia, las mafias se lanzaron a producir y comercializar artículos médicos o sanitarios que no cumplían los estándares de calidad de la UE, como mascarillas, equipos de protección y test de detección, entre otros, en un intento de explotar tanto los problemas de suministro como el miedo de la ciudadanía.
En su gran mayoría los productos llegaban a Europa procedentes de China, India o Brasil. Christian Archambeau, el director ejecutivo de la Oficina Europea de Propiedad Intelectual, que tiene su sede en Alicante y que forma parte de la Oficina Europea Antifraude, explica el negocio de la falsificación de vacunas para el Periódico.
Estas vacunas falsificadas se venden principalmente por internet, pero Archambeau también desvela que se han interceptado contenedores que llegan a Europa llenos de vacunas falsificadas. «Pueden ser solo las botellitas o grandes contenedores con líquido que sería para rellenarlas, o etiquetas. Puede que no sea el producto completo en la caja, pero sí todos los elementos que son necesarios para dar la impresión de que los productos son correctos. Y puede ser que esas botellas se hayan llenado con agua, pero también puede que se hayan llenado con productos peligrosos para la salud», indica el ejecutivo belga, que no da más detalles y que defiende la necesidad de concienciar a la población de los graves riesgos de adquirir estos productos falsificados.
La Unión Europea ya había advertido recientemente de malas prácticas en la distribución de vacunas, cuando denunció que una red de estafadores ofrecía 900 millones de vacunas falsas por unos 12.700 millones de euros.
Un funcionario de la Comisión Europea señaló en febrero pasado que la mayoría de las dosis fraudulentas ofrecidas a los gobiernos de la Unión Europa eran supuestamente de la vacuna de AstraZeneca.
La problemática con el suministro y la llegada de las vacunas ha convertido el día a día pandémico en una batalla a contrarreloj por conseguir cuantas más dosis mejor. Las consecuencias son claras: determinadas organizaciones buscan el engaño con un tema tan delicado con el que solo prima el color del dinero.