Derecho a una vivienda
No existe mejor viaje que el de regreso a casa. Después de unos días donde el sentimiento de encierro obligatorio se ha diluido, porque obedeciendo las normas propias de cada una de las CC AA, has podido pasar unos días disfrutando de la Naturaleza, regresas a casa y ya en los primeros minutos del viaje, experimentas una felicidad inexplicable, sabes que te espera ese líquido amniótico que amortigua todos los sinsabores que nos han provocado las restricciones.
Y te preguntas qué harías sin una casa, sin un hogar donde se refleja tu esencia.
La pregunta te induce a pensar que las personas que tienen su casa pendiendo de un hilo o más dolorosamente son uno-a «sin techo» deben sentir que el derecho constitucional a una vivienda digna, se les ha escapado de sus manos por motivos que ni ellos mismos entienden y el resto de población, sólo hay tanto por ciento muy bajo apoyando causas perdidas.
Queda claro que ese derecho está conminando a los políticos a promover condiciones de mercado sanas y equilibradas, lejos de burbujas especulativas.
Pero realmente es una prioridad que esté presente en sus Consejos de Ministros, en el Congreso, para aprobar proyectos de Ley sobre la vivienda?...
Y esto se confirma en algunos programas de televisión, con casos expuestos por personas que para tener una habitación en mejores condiciones, viven lejísimos del lugar de trabajo.
Puede ser que este atasco en llegar a cumplir el sueño tal y como he empezado: « El mejor viaje es el de regreso a casa» esté en vías de solución.