Los populares acusa a Sánchez de gobernar «con chulería» y «como Napoleón»
Los colaboradores de Pablo Casado saben que si sube a la tribuna del Congreso sin papeles su tono será elevado y el riesgo de que acabe descarrilando crece. Por eso, cuando el líder del PP ha querido adoptar el rol de hombre de Estado o mandar mensajes claros y meditados, como cuando quiso escenificar su divorcio de Vox, ha llevado el discurso escrito y lo ha leído casi de principio a fin. Ayer, en el debate sobre el estado de alarma y los fondos europeos, Casado eligió hablar al hemiciclo sin el guion impreso. Todo estaba en su cabeza, listo para ser dicho.
Casado dejó frases de las que le gustan, buscando titulares. Su tono durante los 18 minutos que duró su discurso fue bronco, similar al que empleó en el 2019, un tono al que vuelve cuando le interesa y que, en esta coyuntura, ha recordado a Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid. Las elecciones autonómicas son el 4 de mayo y la candidata del PP las ganará con holgura, según señalan todas las encuestas.
El líder del PP acusó al presidente del Gobierno de ser «gafe» con las vacunas, gobernar con «chulería» y «como Napoléon», con reales decretos. Casado recordó que justo después de anunciar el calendario de vacunación,
Además, el jefe de la oposición negó que Sánchez haya buscado el «diálogo» con las administraciones territoriales para diseñar el Plan de Recuperación que este mes el Ejecutivo mandará a Bruselas y que marcará la recepción de los fondos europeos. «Pero usted, ¿quién se cree que es? ¿Dónde se cree que está?», le soltó al presidente, a quien le afeó su «comparecencia ómnibus».
A las críticas se sumó el líder de Vox, Santiago Abascal, que culpó a Sánchez de «provocar miles de muertos con su inacción» y de «arrasar» el Estado de derecho con un «uso torticero» de las instituciones. También atacó al PP, cuya «complicidad», apuntó, permitió aprobar las primeras prórrogas del estado de alarma. Respecto al actual, aprobado en octubre, el PP se abstuvo. La ultraderecha, en cambio, votó en contra. «Ante el consenso liberticida, solo queda Vox», dijo Abascal.
«Cuando se sube uno a esta tribuna, no se viene a gritar, señor Casado. Tampoco se viene a insultar, señor Abascal», les respondió Sánchez en su turno de réplica. El presidente estuvo especialmente duro con el líder del PP: poniendo el foco en sus constantes cambios de criterio y acusándole de ser «patriota solo de sí mismo».
Con la campaña electoral madrileña a punto de empezar, Sánchez puso en duda la estrategia de vacunación de Ayuso. Imputó el elevado rechazo en la Comunidad de Madrid a la vacuna de AstraZeneca al discurso de los responsables políticos de esta autonomía. Y ante el anuncio de Ayuso de que se planteaba comprar por su cuenta la vacuna rusa Sputnik, estableció un paralelismo con el procés. «Dentro de poco alguna autonomía va a declarar unilateralmente la independencia de la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Y no me refiero a Cataluña», dijo con una sonrisa.
Un hacker entró el 1 de marzo en la web de Más Madrid, asaltó el servidor y entró en la zona de microcréditos y donaciones a la coalición de Íñigo Errejón y Mónica García. Cambió los dos números de cuenta a las que los simpatizantes pueden enviar dinero para financiar la campaña electoral y puso en su lugar el número de otra cuenta, perteneciente a Podemos, según ha sabido este diario. Así, el dinero que se enviaba a Más Madrid mientras la web era asaltada acabó en una cuenta donde el partido de Pablo Iglesias recibe contribuciones.
El ataque fue descubierto el Viernes Santo por un integrante del departamento de finanzas de Más Madrid, que cerró la web aunque antes sufrió un segundo ataque, esta vez frustrado. Al día siguiente presentaron una denuncia ante la Policía Nacional. También comunicaron lo ocurrido a la Agencia de Protección de Datos. Las estimaciones iniciales indican que el hacker logró desviar unos 8.000 euros procedentes de unos 50 simpatizantes de Más Madrid hasta que fue descubierto y la web fue cerrada. El caso está siendo investigado por la Brigada de Delitos Informáticos de la Policía.
Fuentes de Más Madrid confirmaron a este diario que sufrieron el asalto del pirata informático y desvincularon rotundamente a Podemos de esa acción. «Hemos podido hablar con ellos, con quienes hemos tenido una colaboración total y juntos vamos a resolver las consecuencias del ataque», explicaron. La formación política cambió la web, ya dispone de los datos de los donantes afectados y se está poniendo en contacto con ellos para informarles de lo ocurrido y «certificar los daños» sufridos.
Una de las hipótesis de la investigación es que el atacante sea un «activista de ultraderecha con conocimientos importantes de informática» que buscara desprestigiar a las dos formaciones de izquierda de cara a las elecciones. De hecho, después de desviar el dinero de la coalición a una cuenta de Podemos, el hacker se permitió una broma. Modificó la lista de candidatos de la coalición de Mónica García y sustituyó su nombre por el del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, como cabeza de cartel de su grupo para las elecciones de Madrid.
También se investiga que el ataque fuera obra de algún simpatizante de izquierdas que actuara por su cuenta. O que el pirata informático, sin motivaciones políticas, solo buscara notoriedad.