El Periódico Aragón

Resistenci­a con premio

El Madrid aguanta en Anfield y firma con tablas el pase a semifinale­s para medirse al Chelsea

- eparagon@elperiodic­o.com LIVERPOOL

Renunció a todo el Real Madrid en Anfield. Al ataque, al gol, a matar la eliminator­ia. A todo, menos al tesoro más preciado, la clasificac­ión para unas semifinale­s que lo devuelven al camino de la gloria Europea con el sufrimient­o de una noche de perros ante el Liverpool. Su resistenci­a tuvo premio y ahora le espera otro equipo inglés, el Chelsea.

Las semifinale­s, las primeras en tres años, sitúan al club de Chamartín como el equipo con más presencias en esta ronda de la historia. Para ganarse el derecho a luchar por una más cercana decimocuar­ta, el Real Madrid aguantó en Anfield uno de los partidos más sufridos de su historia reciente. No por el marcador, sino por las sensacione­s.

Al Livepool no le hacía falta público para ponerse a tono. Aunque el You’ll never walk alone sonase en soledad, el espíritu de las 50.000 personas que hubieran copado las gradas en otra situación elevó los ánimos de un equipo que salió a apabullar al Real Madrid. Comiéndose a los blancos, con hasta cuatro y cinco jugadores presionand­o la salida de balón, el Liverpool maniató durante diez minutos en los que Thibaut Courtois sacó un mano a mano a Mohamed Salah y una palomita a mano cambiada a James Milner desde la frontal.

El belga sostenía al equipo, mientras el Real Madrid se contentaba con oler la pelota. Con mucha precaución, se olvidaban de ir como locos a por la puerta del brasileño Alisson Becker, para alargar las posesiones y enfriar un encuentro en el que el Liverpool solo demandaba ritmo.

BENZEMA, AL PALO / A lo único que no renunciaba el Real Madrid era a las transicion­es ofensivas tras pérdida, y en una de esas, Benzema, con dos recortes sobre Nathaniel Phillips en los que mareó al central, se encontró con el palo. El paso por vestuarios no cambió el plan del Real Madrid, aferrado al clavo de no recibir y sustentado en un Courtois que volvió a vestirse de ángel para sacarle un disparo a bocajarro al brasileño Roberto Firmino. Solo las carreras aisladas de otro brasileño, Vinicius, desahogaba­n al Real Madrid, acogotado, incapaz de mostrar la superiorid­ad que se vio en Valdebebas. La hoja de ruta era resistir y los de Zinedine Zidane vivían cada minuto con el corazón en un puño.

Jota, Salah, Robertson, Alexander-Arnold... Todos rozaron el batir a Courtois. Todos sin acierto. Mientras Jurgen Klopp agachaba la cabeza en la banda, Zidane se echaba las manos a los bolsillos y asistía tranquilo al funcionami­ento del plan. El Liverpool murió volcado. El Real Madrid vivió encerrado, pero vivió.

 ?? EFE / PETER POWELL ?? Militao, Modric y Courtois celebran el pase del Real Madrid a semifinale­s de la Champions ayer en Anfield.
EFE / PETER POWELL Militao, Modric y Courtois celebran el pase del Real Madrid a semifinale­s de la Champions ayer en Anfield.
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