El Periódico Aragón

Para tener accidente hace falta tren

El sopapo a la línea Zaragoza-Monzón es el último desprecio estatal al progreso del Aragón rural

- SERGIO Ruiz Antorán*

Una enorme sábana blanca. Era la señal para avisar desde kilómetros que les reclamaba una llamada. El alcalde bajó deprisa por la sierra hasta Fantova, punto más cercano donde llegaba la línea de teléfono. Al otro lado del aparato esperaba un funcionari­o del ministerio desde Madrid, histérico, por las noticias inciertas de un trágico choque ferroviari­o. «¿Cuántos muertos ha habido?», preguntaro­n al paisano que fue certero en la respuesta. «Para que haya accidente, primero tiene que haber tren».

La anécdota se cuenta en La Ribagorza sobre la confusión que hace décadas hubo al coincidir el nombre de dos sitios en Castilla y en Aragón y llamar al que no era. Ese pueblo, el de ese alcalde al que avisaban con esa gran bandelora de sueños, está ahora en ruinas, despoblado, con la iglesia caída, el erizón y la jara gobernando y las cruces del cementerio comidas por el óxido y el olvido. Porque no hay nada más triste en este mundo que una tumba abandonada de un lugar olvidado. Provoca la mayor reflexión de nuestra fugaz y estéril existencia. Para hacer un tour de políticos.

La historia de Torruella no es un relato único. Como tantos a los que no llegó ni la luz, ni el agua corriente, ni la carretera por la que subiera el tractor, la modernidad. Sí llegó la miseria, el hambre, el hartazgo, el 600 del que marchó a Zaragoza, a Barcelona, a Madrid, a Francia. Enraizó el abandono de un sistema que necesitaba mano de obra para las ciudades, sus fábricas, gente que comprara el pisito, reconstruy­era el país pobre para casi todos y la riqueza de unos pocos. En La Ribagorza nunca hubo tren. Autovía tampoco. Ni túnel a Luchón. Buena carretera desde hace nada. Autobuses suben y bajan cada vez menos por el Ésera. Si vas de Tolva a Graus, la capital, espera sentado. Más fácil tirar para Lleida. Parecido en otras comarcas. Y no hablemos de Teruel con sus tamagochis y sus promesas incumplida­s. Mañana se sucederán por todo Aragón concentrac­iones para reclamar el tren como vertebrado­r del país. El sopapo a la línea Zaragoza-Monzón es el último desprecio estatal por este medio y otra incongruen­cia con ese mensaje publicitar­io de vamos felices a repoblar la España Vacía. Porque desde el ministerio siguen sin enterarse

Porque lo que se necesita en el campo no son anuncios vacíos, son presupuest­os llenos

donde llaman. Si al norte o al sur. Porque lo que se necesita en el campo no son anuncios vacíos, son presupuest­os llenos, son vías, carreteras y buses, 4G, viviendas, servicios públicos y funcionari­os, trabajo, más ayudas y menos impuestos. Pasta sin mirar votos. Si interesa realmente que no haya más Torruellas y no tanta mano de obra mileurista en las ciudades. *Periodista

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