El grupo Pastores sortea el impacto del covid y mantiene sus ventas
El desplome de la hostelería se compensa con un 3,3% más en los supermercados La asamblea general aprueba las cuentas anuales y el informe de gestión
El grupo cooperativo Pastores ha logrado salvar el difícil 2020 con el mismo volumen de actividad y el resultado positivo que registró en el año anterior, con lo que consiguió sortear el impacto negativo que ha tenido la pandemia en el sector ovino, sobre todo por el desplome de la demanda del canal de hostelería. A pesar de ello, incrementó un 0,10% la cantidad de carne de cordero comercializada, hasta alcanzar los 4.791,8 toneladas, prácticamente la misma cantidad que en el 2019 (5.000 kilos más).
En el ámbito financiero, obtuvo un resultado consolidado positivo de 57.940 euros. El balance de Oviaragón-Pastores está, además, totalmente equilibrado con un fondo de maniobra amplio. «El objetivo como cooperativa es en cualquier caso incrementar la rentabilidad de sus socios ganaderos, garantizando los mejores precios de compra posibles, los servicios y la viabilidad del grupo», destacaron desde la compañía, que celebró ayer telemáticamente la asamblea general de socios, en la que se aprobaron las cuentas anuales y el informe de gestión.
El notable descenso de actividad, obligada por las limitaciones de la crisis sanitaria, de un 25% del canal hostelería a nivel nacional y de un 40% a nivel internacional (centrada principalmente en la marca Agnei Ibérico), ha podido contrarrestarse con los incrementos del 3,3% de la gama de cordero envasado y fileteado para supermercados e hipermercado y de un 115% en los menudos de cordero.
El 2020 estuvo condicionado por la crisis sanitaria global y desde el primer momento la dirección de Pastores «tuvo que ser ágil en la toma de decisiones, adaptándose con rapidez a la nueva situación para minimizar el impacto negativo que se preveía». Los meses de marzo y abril fueron especialmente complicados para el ovino nacional, con un descenso notable del consumo por el cierre de la hostelería y el turismo, principalmente, en el mayor pico de producción a las puertas de la Semana Santa.
En este entorno de incertidumbre, el grupo cooperativo afrontó cuatro grandes retos. El primero, cumplir con el compromiso social de suministrar alimentos a la población de una manera segura y responsable. El segundo, garantizar la recogida de los corderos a los socios ganaderos cuando la demanda estaba bajo mínimos, pagando además unos precios superiores a la media del mercado en ese momento. También tuvo que asegurar la actividad y los servicios a los socios en las diferentes áreas.
En el 2020, además, se ejecutaron las inversiones aprobadas por 4 millones de euros: la ampliación de la explotación de ovino de leche de Perales del Alfambra para 1.000 ovejas y habilitación de la quesería; la construcción y adecuación de un edificio de dos plantas de 800 m2 cada, y el reacondicionamiento de las dos fábricas RUM de alimentación animal.