Procedimiento y el miércoles podría haber veredicto
provocó gran interés en el acusado que llegó a moverse dentro de la jaula blindada para ver el vídeo. A partir de los indicios obtenidos argumentaron que Iranzo recibió un impacto en el corazón a menos de tres metros de distancia cuando trataba de entrar en la caseta de su propiedad a la que había accedido previamente el procesado, y otro en el brazo cuando trataba de huir.
En la exposición de la reconstrucción virtual de los asesinatos de los dos agentes, los especialistas explicaron que el procesado disparó en primer lugar desde la parte trasera de la furgoneta del ganadero y momentos después desde detrás del coche oficial de los guardias, cuyos cuerpos quedaron a uno y otro lado del vehículo. Concluyeron que Feher hizo todos sus ataques de forma sorpresiva y que en el caso de los dos agentes, los primeros disparos los hizo por la espalda y a las caderas, donde tenían sus armas reglamentarias, y posteriormente los remató en el suelo. «No disparó más porque no tenía más armas, ya que descargó todo lo que tenía», ha subrayado uno de los especialistas, que han incidido en el «uso desmedido» que hizo el procesado de sus pistolas. A esto se añade que otros agentes de la Guardia Civil habían apuntado que apareció sobre la ropa de uno de los agentes abatidos una pisada que coincide con la de Feher y que le pisó para dispararle o a posteriori. Ambos agentes llevaban un chaleco homologado, aunque uno de ellos de dos tallas menos. El juicio continuará el lunes,