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La alerta por la variante brasileña toma forma en España Es 2,5 veces más transmisible
La variante brasileña P.1, cuyo origen se localizó en enero en la ciudad de Manaos, en el Amazonas brasileño, es una amenaza real de la que se ha hablado poco en España, al menos hasta ahora, cuando se han detectado brotes considerables en Vigo y en Extremadura. Algunos estudios señalan que puede ser hasta 2,5 veces más transmisible que la cepa original, más resistente a las vacunas y a la inmunidad suscitada por la infección, y causante de más hospitalizaciones entre población joven. El habitualmente optimista Fernando Simón ha llegado a afirmar que el hecho de que la variante inglesa (B.1.1.7) sea tan dominante en nuestro país en parte es bueno porque le quita espacio (nicho ecológico) a la brasileña y a la sudafricana, más preocupantes.
En Europa se sigue con preocupación esta variante brasileña, decon
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- tectada en al menos 44 países. Nuestros vecinos franceses dieron esta semana una contundente voz de alarma. «La situación en Brasil es absolutamente dramática y la peligrosidad de esta variante nos plantea dificultades reale», afirmó el pasado martes el primer ministro de Francia, Jean Castex, ante la Asamblea Nacional gala. El Gobierno francés anunció ese día la suspensión «hasta nueva orden» de los vuelos procedentes de Brasil. España canceló el tráfico aéreo Brasil y Sudáfrica el pasado 2 de febrero, pero siguen llegando casos.
Es difícil evaluar el impacto real de la variante P.1. A su efecto en el país sudamericano se añade el bajo ritmo de vacunación y el caos por la política negacionista del presidente Jair Bolsonaro. La semana pasada, Brasil registró el 11% de las nuevas infecciones por covid-19 de todo el planeta, así como el 26,2% de las muertes. Ya suma más de 365.000.
Vecinos como la pequeña Uruguay (3,5 millones de habitantes), que comparte mil kilómetros de frontera seca con el gigante brasileño (211 millones) ya están pagando las consecuencias de la variante P.1 en su territorio. Precisamente de allí son los treinta esquiladores a los que se les vincula con un brote de 23 casos en Extremadura.