Nos llaman provincianos
Daniel Gallardo Marín Garrapinillos (Zaragoza)
La población madrileña nos suele llamar provincianos, de una manera despectiva, a quienes provenimos o vivimos fuera de sus dominios.
Algunos están en la certeza que ser o residir en la capital del reino otorga cierto estatus, al margen de cualquier otra consideración.
Estatus social, político o deportivo alimentado por los medios audiovisuales, incluidos los públicos, que pagamos también los de provincias, donde la información se basa en gran parte de todo cuanto acontece en esa villa.
La presidenta de esa comunidad Isabel Díaz Ayuso, prepotente donde la allá, es un fiel reflejo. La madrileña siempre que puede hace gala de ello no se suele cortar un pelo.
La penúltima, a la pregunta de un periodista sobre las diferencias a la hora de gestionar la pandemia su comunidad (uniprovincial) respecto a la valenciana, esta con una tasa muy inferior de contagios a la suya.
En su permanente síndrome de Hubris, contesto: «Madrid no se compara con provincias, solo con las grandes capitales mundiales».
A un recuerda este provinciaPor no, la anécdota de mi última visita a la ciudad del Manzanares, cuando ya salía de la estación, pare un taxi para poder llegar a mi destino. El taxista antes del saludo de rigor al que uno suele estar habituado, al menos en mi ciudad, me pregunto irónicamente, ¿Qué, vienes de provincias?
Recuerdo que por las formas y expresión de cómo lo dijo me afecto y por un momento me llegue a sentir como el personaje pueblerino, poco refinado en sus modales y gustos, carente de amplitud de ideas, que de alguna manera nos mal representaba en la película «la ciudad no es para mí».
Ya fuera de su vehículo me puede recuperar de su exclusión. Pensé que nuestra identidad es más potente y nuestra historia mil años anterior a la madrileña.