«Vivir consiste en eso, en luchar y mejorar, empezando por uno mismo»
Nájera representa a una generación que lo dio todo por sus padres y luego por sus hijos
Dedicó el reconocimiento que le concedían las Cortes a todos los mayores
Emilia Nájera recogió ayer la Medalla de las Cortes en representación de todo el colectivo de personas mayores. Un reconocimiento por parte del Parlamento aragonés, que recogió de manos del presidente de la institución, Javier Sada, tras un año «muy complicado» en todas las residencias de ancianos, uno de los lugares donde el covid-19 ha atacado con más fuerza. La Cámara autonómica eligió a este colectivo, representado en la figura de Nájera, por ser la primera persona vacunada contra el coronavirus en Aragón, el pasado 27 de diciembre del 2020 para su distinción de este año.
«Todavía no sé qué hacer, si llorar o reír. Me siento tan orgullosa de haber sido elegida para recibir este premio que no sé cómo expresarlo», reconoció la anciana, que contó con la ayuda indispensable de Chema Gimeno, trabajador de las Cortes de Aragón, que le sostuvo el papel y le ayudó a leer su discurso cuando la emoción le ponía las cosas difíciles.
«Solo soy consciente de que ahora represento a muchísimas personas de Aragón, porque, como saben, esta tierra está envejeciendo. Sé que esta Medalla va a emocionar mucho a las personas de mi edad. Se la quiero dedicar a ellos y ellas por lo vivido en este último año y quiero recordar a los que se han ido, seguramente, antes de tiempo», prosiguió Emilia, que también tuvo en mente a sus nietos, a quienes tenía «muchas ganas de abrazar», reconoció desde que se hizo popular en Aragón al ser la primera vacunada de la pandemia.
Nájera encarnó en su intervención los valores de una generación que lo ha dado todo, primero por sus padres, después por sus hijos y por sus nietos. Una generación que trajo la democracia a Esabuelos paña y ha sido la más castigada por el virus. «Estos días he pensado mucho en la vida que hemos tenido. Somos una generación que ha vivido con muy poco, que no tenemos todo lo que se tiene ahora. Por supuesto que nos hubiese gustado tener más oportunidades, pero quiero decirles que hemos aprendido a ser felices», aseguró.
Nájera no perdió la oportunidad de recordar a su familia «maravillosa», como la de otras personas de su edad, «que no han dejado de darnos alegrías». «Ver cómo nuestros hijos han crecido y han prosperado para vivir mejor que sus padres y madres es lo más bonito que puede ver una persona mayor», incidió. «Y después, si los hijos o hijas han encontrado a alguien con quien compartir la vida para crear otra familia, los y abuelas rejuvenecemos gracias al amor de nuestros nietos», aseguró.
Con el virus «al otro lado de la puerta», la anciana recordó los momentos más duros. Pero lanzó, sobre todo, un mensaje de esperanza: «Si la vida te enseña algo después de tantos años es que no hay que desanimarse. Que hay que luchar por la vida. Que las cosas hay que encararlas como vienen y que eso nos hace mejores. Vivir consiste en eso, en luchar y en mejorar, pero empezando por uno mismo». Amén.