Los parques eólicos, sino que buscan que cuiden su ubicación
La provincia turolense es, quizá, el punto de mira de las empresas para instalar su complejos éolicos. La empresa Forestalia firmó un acuerdo con el fondo Copenhagen Infrastructure Partners (CIP) para desarrollar conjuntamente una cartera de 27 complejos eólicos en la provincia turolense y 22 de ellos forman el Clúster Maestrazgo, repartido entre los municipios de Linares de Mora, Puertomingalvo y Mosqueruela.
Estos proyectos energéticos han suscitado el apoyo de muchos de los vecinos de las localidades implicadas, pero también ha generado recelo en otros que critican la instalación de las placas solares por el impacto medioambiental que pueden generar.
Mañana en Teruel, una caravana de coches recorrerá la provincia para denunciar un modelo de transición ecológica problemático y dañino para el territorio, mientras que ayer fue el turno del municipio de Valderrobres, que a las 18.00 horas reunió a vecinos, empresarios y miembros de la plataforma a favor de los paisajes de Teruel. En su caso, protestaron contra la «masificación» eólica en la comarca del Matarraña «que está expulsando a las personas de los pueblos», bajo el lema La revuelta de las maletas.
Los organizadores solicitaron a los participantes que acudieran a la plaza España de la localidad con maletas en su mano para simbolizar que los proyectos eólicos «iban a hipotecar» el futuro de la comarca.
Durante la manifestación, que duró una hora, se leyeron tres manifiestos. En concreto, el de la asociación Gent del Matarranya, organizadora de la concentración, abogó porque «la masificación eólica no va a traer puestos de trabajo, sino que va a estropear, destrozar y dinamitar nuestro paisaje, así como dividir nuestra comunidad», alegaron. «Es algo que nos lo imponen», lamentaron. «El tema del respeto entre todas las partes y hacia todas ellas es clave, pero el respeto de la ciudad hacia el campo hace tiempo que se ha perdido», consideraron desde esta asociación turolense.
No se oponen a