El campo da vida
Luis Solanas Cebolla Zaragoza
Quiero acordarme de los agricultores porque desgraciadamente no mucha gente está sabiendo valorar el esforzado trabajo de sol a sol y con jornadas interminables que este colectivo viene realizando en medio de esta pandemia.
Acostumbrados a lidiar con las 10 plagas de Egipto en la tierra que trabajan, les sobreviene ahora este covid que vale por todas ellas, pero fieles a su responsabilidad han decidido que sus productos seguirán llegando a nuestras mesas. Es el campo de los temporeros, de los tractores y cosechadoras, ese campo que huele a despoblación y olvido como reto a minimizar entre todos. Yo agradezco, ese espíritu cooperativo que nadie como ellos ha sabido tejer, agradezco los frescos productos de la huerta que llegan cada madrugada a los grandes hipermercados de las ciudades para su redistribución, pero por encima de todo ensalzo el amor por su trabajo que es vocación de familia y honor de dinastía. El campo es vida y da vida, yo lo sentí sobre todo los veranos de joven en el pueblo y tengo que confesar que cada día huele distinto y es diferente, sabe a autenticidad. Infinitas Gracias.