Las protestas en Colombia fuerzan a Duque a retirar su reforma tributaria
Las manifestaciones de los últimos días en todo el país se han cobrado la vida de 21 personas El antipopular proyecto de finanzas afectaba también a los contribuyentes más pobres
Tras días de intensas protestas callejeras que han dejado 21 muertos, el presidente de Colombia, Iván Duque, se vio forzado a retirar del Congreso el polémico y antipopular proyecto de reforma tributaria. Las movilizaciones tuvieron una intensidad que recordó al estallido del 2019, pero esta vez hay que añadir la tercera ola de la pandemia, que ya se ha cobrado la vida de 75.000 personas. Además, las unidades de cuidados intensivos están a punto de colapsar.
Salir a protestar a las calles bajo esas condiciones ha dejado de manifiesto la gravedad de un problema que el Gobierno de derechas no alcanzó a calibrar. Ayer ya se hablaba de dimisiones en el gabinete, entre ellas la del ministro de Hacienda y promotor de la polémica iniciativa, Alberto Carrasquilla, que no estuvo presente la noche del domingo cuando Duque informó al país en un mensaje por televisión que había decidido parar la reforma. Duque apareció junto a su equipo de Gobierno.
En su mensaje, el presidente se resistió a mencionar la palabra ajuste. Habló, en cambio, de una «transformación social sostenible» que está lejos de ser «un capricho». Más allá de este traspié coyuntural, dijo, debe realizarse «de manera urgente» y consensuada con otras fuerzas para «evitar incertidumbre financiera».
EL 42,5% SON POBRES // La pandemia ha provocado una caída de casi siete puntos del PIB. El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) ha consignado que un 42,5% los colombianos son pobres en la actualidad. Solo en Bogotá, un millón de personas dejaron de pertenecer a la clase media. En este contexto de pauperización, Duque intentó con esta reforma fallida obtener unos 6.300 millones de dólares más de impuestos para enfrentar la crisis económica.
El ministro obró como un Hood Robin. Al revés del rebelde del medioevo inglés que robaba a los ricos para repartir el botín entre los pobres, su reforma hacía recaer la mayor parte del esfuerzo sobre las espaldas de los que menos tienen. Un 73% de lo recaudado iba a provenir de los ciudadanos de a pie. Ni siquiera quedaban eximidos los que percibe entre 234 y 663 dólares al mes. Solo el 27% del dinero contemplado sería aportado por las empresas. A pesar de retroceder, Duque advirtió el domingo que Colombia necesita cambios para «garantizar la continuidad de programas sociales» y «proteger a los vulnerables».
VICTORIA POPULAR // La oposición celebró la derrota del Gobierno. «Es suya esta victoria popular, ha aprendido la fuerza de su propia acción colectiva. Ha ganado en confianza en sí mismo y la posibilidad de cambiar la historia», dijo Gustavo Petro, que compitió en el 2018 por la presidencia con el candidato del Centro Democrático, el partido de Álvaro Uribe. Para la congresista y artista plástica María José Pizarro, la reforma debió ser retirada por Duque de inmediato. «Su soberbia le costó demasiado, la respuesta violenta llevó a más violencia».
El uribismo también reconoció que no estaban dadas las condiciones para avanzar con el proyecto. «La gran lección es que tenemos que escucharnos más y estar menos prevenidos, que hay que asumir el llamado de la ciudadanía con humildad», señaló el legislador Edward Rodríguez. Óscar Iván Zuluaga, exministro de Hacienda de Uribe, también se mostró a favor de «un acuerdo político con los sectores políticos y sociales».
Los analistas se preguntan qué tipo de política fiscal sería viable en un país donde la pandemia ha agravado los problemas. «Es necesario realizar una reforma tributaria», señala el diario El Espectador. Y si bien «nadie quería esta iniciativa» es imperativo repensar los impuestos que deben crearse en momentos que la deuda externa colombiana ha pasado de representar del 40% del PIB a más del 60%. «Parafraseando la fórmula icónica ante la muerte de un rey: la reforma está muerta, larga vida a la reforma». Varios comentaristas señalan que Duque quiso pelear contra molinos de viento: «Si al menos hubiera negociado lo que hoy comenzará a regatear, no habría atizado esa hoguera que estaba ahí», consideró Yolanda Reyes, columnista de El Tiempo.