Tanto en feudos tradicionales de la derecha como de la izquierda
Madrid, como Cataluña hace tres meses y Euskadi y Galicia el año pasado, se enfrentaba este martes a las elecciones más atípicas de su historia. Por la pandemia, claro. Las restricciones para evitar que el covid se descontrole y el hecho de que se celebrasen en día laborable no impidieron a los madrileños salir a ejercer su derecho a voto. De hecho, los ciudadanos se acercaron en masa a las urnas y propiciaron la participación más alta en unos comicios a la Asamblea de Madrid, y de las más elevadas en una cita con las urnas en España. Votaron el 80,73% del censo electoral. La abstención fue, pues, del 19,27%.
Esta movilización supone 16,46 puntos más que en las elecciones del 2019, y 10,37 puntos más que en 1995, que era la convocatoria con la mayor participación registrada hasta ahora, con el 70,36%. A las 19.00 horas, la participación ya superaba el 69%. Es decir, que a esa hora ya se había rebasado el voto total de las autonómicas del 2019, que se quedó en un 64,27%, y era 11 puntos superior la que se registró a la misma hora en las elecciones autonómicas de 2019, que era de un 58,13%.
La afluencia a las urnas se disparó sobre todo por la tarde. A las 13.00 horas, un 28,44% de los censados habían acudido a depositar su voto, apenas dos puntos más que en el 2019, cuando a la misma hora ya había participado un 26,18% del censo.
La imagen de la jornada
Aumento generalizado
El incremento de la participación se repartió de forma homogénea por todo el mapa de la comunidad. En los grandes municipios de la zona sur del área metropolitana de Madrid, en los que el PSOE ganó en las autonómicas del 2019, las subidas giraron en torno a los 15 puntos. Fue el caso de Móstoles, segunda ciudad en población después de la capital; Parla, Leganés, Getafe y Alcorcón.
Pero también en la zona oeste de la región, en municipios en los que triunfó el PP hace dos años, las subidas también rondaron los 15 puntos. Sucedió así en localidades como Boadilla del Monte, Majadahonda, Las Rozas y Pozuelo de Alarcón.
Más disparidad hubo en la subida de la movilización si nos fijamos en el tamaño de las poblaciones. En las localidades de menos de 500 habitantes la afluencia a las urnas apenas aumentó un punto. El aumento en los núcleos de 500 a 2.000 vecinos creció casi cuatro puntos; en las de 2.000 a 10.000, ocho puntos; en las de 10.000 a 50.000, más de 12 puntos; en las de 50.000 a 250.000, casi 14 puntos; y en las de más de 250.000, algo más de nueve puntos.
En la primera franja de la mañana se había reservado el periodo de entre las 10 y las 12 horas para el voto de las personas mayores de 65 años, los adultos con discapacidades y los cuidadores de estos. Más tarde, a partir de las 19 horas se estipuló otra franja horaria reservada para los enfermos de covid y sus contactos estrechos.
La afluencia creció
Desde primera hora los ciudadanos tuvieron que hacer largas esperas en los accesos de entrada de los colegios electorales de la Comunidad tras constituirse el 100% de las mesas electorales sin problemas a pesar de desarrollarse la jornada electoral en día laborable. Las distancias de seguridad y las restricciones de votantes en el interior de los colegios para evitar contagios dejaron imágenes de largas colas en las afueras de los centros de votación. Sin embargo, avanzaron relativamente rápido y la jornada transcurrió sin incidencias.
Para la jornada electoral se constituyeron 7.265 mesas en 1.084 locales, en los que estaban llamados a votar 5.112.658 madrileños, lo que supone 53.406 más que en el 2019.
Por otro lado, este 4 de mayo, el voto por correo aumentó en un 41% respecto a los datos de las últimas elecciones.