El empleo, lo más decisivo para que las mujeres sigan en los pueblos
El 70% de las encuestadas quiere seguir viviendo en diez años en el medio rural El arraigo aumenta con la edad y entre las que gestionan explotaciones agrarias
El empleo y el emprendimiento son los elementos decisivos que hacen que las mujeres quieran seguir viviendo en el medio rural. Así se desprende de dos estudios elaborados por el Departamento de Agricultura del Gobierno de Aragón en colaboración con la Universidad de Zaragoza, en los que han participado 563 mujeres procedentes de las 33 comarcas aragonesas. El estudio revela, también, que hay un alto grado de arraigo entre ellas: el 70% de las pobladoras de las zonas rurales de Aragón quiere seguir viviendo en sus localidades al menos en los próximos diez años. Una tasa que se refuerza aún más entre las mujeres de más edad y entre las propietarias de explotaciones agrarias, ganaderas o de cooperativas.
Estas son algunas de las conclusiones de dos informes elaborados en el marco del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, el Departamento de Agricultura y el campus público, el Estudio de la situación del mundo rural aragonés desde una perspectiva de género, 2020 y el de Mujeres y desarrollo socioeconómico en el medio rural en Aragón: aproximación desde una perspectiva de género. Se trata, dijo Miriam Ferrer, responsable de la unidad de Igualdad de la consejería de Agricultura, de unos estudios «pioneros» en Europa por el nivel de detalle que aportan y que integra «aspectos socioeconómicos, territoriales, de percepción de arraigo en el territorio y valoraciones de las mujeres con una perspectiva de género».
El estudio detecta varias fortalezas y otras debilidades de la vida de las mujeres en el mundo rural aragonés. Entre los aspectos positivos, destaca la «alta identidad con el territorio, la alta participación y el elevado grado de asociacionismo», mientras que entre las debilidades se cuentan la «escasez de servicios e infraestructuras que implican mayores dificultades para la conciliación, la falta de medidas concretas y la escasa información sobre ellas, así como la poca coordinación institucional», señaló Mari Luz Hernández, una de las coordinadoras de los estudios. Para paliar las carencias, se plantea «mejorar los canales de información» de las ayudas existentes a las mujeres en el medio rural, facilitar la creación de redes de cooperación entre las productoras agrarias y agroalimentarias y crear viveros de empresas.
Por otro lado, Rosa Duarte, catedrática de la facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Zaragoza, coordinadora del segundo estudio, aseguró que el análisis constata que «existe una mayor brecha de género que en el medio urbano y un mayor envejecimiento de las mujeres». Además, en relación con el arraigo, recordó que «más del 70%» quiere permanecer en el medio rural, y que las que no lo hacen, es «por la búsqueda de mayores oportunidades laborales».
El estudio también analiza el uso del tiempo de las mujeres en las zonas rurales, donde se constata que ellas dedican más horas diarias al trabajo doméstico, a las labores de cuidados y de gestión que los hombres. Una circunstancia que «se agrava» entre las pensionistas y se reduce entre las más jóvenes. Con todos estos datos, Ferrer destacó que «hay que trabajar porque las mujeres que quieran quedarse en el medio rural, tengan las mismas oportunidades y de servicios que el resto».