La estrategia de la UE se centra en avanzar en la producción
Bruselas, que se negó en el pasado, se abre hoy a suspender las patentes
Lo primero que hicieron algunos gobiernos europeos cuando irrumpió la pandemia fue replegarse y bloquear el envío de productos sanitarios esenciales como mascarillas. Algo similar ocurrió a principios de año con el problema de producción y suministro de farmacéuticas como AstraZeneca. La respuesta de la UE: activar un mecanismo de control de exportación para impedir que las farmacéuticas envíen a terceros países las dosis producidas en territorio europeo si incumplen su contrato de suministro a la UE.
«Somos sólidos partidarios de la solidaridad global», defendió entonces la comisaria de Sanidad, Stella Kyriakides. De las 854 solicitudes de exportación de vacunas recibidas hasta ahora, la UE solo ha rechazado una mientras que ha exportado 178 millones de vacunas a 45 países, 90 en total incluidos los países de bajos ingresos de la iniciativa Covax.
Un dato que sitúa a Europa, tal y como reivindicó ayer la presidenta Ursula von der Leyen, como «la farmacia del mundo». La prioridad número uno de la UE es producir masivamente el antídoto y fabricar a finales de año más de 3 billones de dosis. Una estrategia que, según Bruselas, solo funcionará si todos los países productores exportan. Otra opción que la UE no descarta es la transferencia de tecnología hacia el continente africano, para que produzcan sus propios antídotos, y la suspensión de los derechos de propiedad intelectual de las patentes, posibilidad rechazada por la UE en el pasado y que ha resucitado tras el cambio de postura en EEUU.