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La alternancia en la portería entre Álvaro y Andrés mantiene enchufados a ambos El riojano realiza más paradas, pero el murciano ha recibido menos goles por partido
Andrés o Álvaro. Álvaro o Andrés. Tanto para, para tanto. El ser o no ser de Pacheta, el dilema hamletiano de cada jornada. Porque no es castigo, es rotación. Está gestionando el dilema de la portería manteniendo una duda al adversario y enchufados a dos guardametas cuya competencia es otra de las estratagemas de las que se ha beneficiado este Huesca.
Porque cinco veces se han chocado la mano en la esquina del ring de tres palos. Empezó Andrés siendo el hombre de Míchel las primeras doce jornadas, le sustituyó Álvaro en Granada para enfilar 16, volvió el primero tres más de repente, amaneció como un champiñón en el Wanda el segundo, retornó el otro ante el Getafe y frente la Real apareció el de más allá. Un insólito mareo que no se trata tanto de reprimenda como de recompensa, porque los dos están capacitados y a tono para jugar. Tensión para estar preparado.
Son distintos y complementarios. Porque Álvaro es más joven y gatuno, ágil en los reflejos y elástico. El adjetivo de moderno encaja en un hombre de buena planta y pie que estuvo en el ascenso (36 partidos) y renovó el pasado enero hasta 2023 pese a los rumores de intereses de otros, la propia Real el último.
El fuerte de Andrés es la colocación y la sobriedad, la experiencia y el mando. Volvió a Huesca como uno de los fichajes estrellas del verano y tras cinco Álvaro Fernández (( -
Andrés Fernández (( - temporadas sin consolidarse como fijo (22 y 20 partidos como máximo en Villarreal) con la intención de volver a ser importante. Uno y otro pueden jugar sin el monopolio dictatorial que suele gobernar la sombra del larguero.
Álvaro ha jugado 18 partidos. Andrés, 16. Un equilibrio que se descompensa en el número de intervenciones. El riojano ha tenido más tajo en su andamio (57 paradas; 3,1 por encuentro) que el murciano en el suyo (34; 2,1). Sus intervenciones son similares en el área de penalti y no tanto desde los disparos fuera del área (1,2 de Álvaro por 0,6 de Andrés).
Más activo no significa que más seguro. Este parámetro no debe ser asignado únicamente a su labor, depende de la defensa, de todos, los once, del adversario, de las circunstancias… Aunque la estadística marca que Álvaro ha tenido que ir a recoger la pelota de sus mallas mucho más (29 goles encajados; 1,6 por partido) que Andrés (21; 1,3).
En su contienda personal se iguala en la referencia a la incautación de puntos. Porque si el Huesca con Álvaro suma 0,29 puntos (16) con Andrés consigue 0,27 (13). Porque Álvaro ha ganado más (4) que Andrés (2) pero Andrés ha empatado más (7) que Álvaro (4). Ambos han perdido demasiado, tanto que ninguno quiere volver a hacerlo, juegue quien juegue, van a estar atentos para que su portería siga a cero. Cada uno ya lo ha logrado en cuatro ocasiones y quieren entre los dos repetirlo. En sus manoplas está parte de la salvación. Y en las de Pacheta el dilema de quién juega.