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El madridismo ha focalizado su ira con Hazard, que terminó riendo con sus excompañeros en el día de la última derrota de una generación gloriosa
La reacción del madridismo más vociferante tras la derrota a las puertas de la final de la Champions ha sido apuntar los cañones contra Hazard. Además de haber sido titular, sin merecimiento por su rendimiento, y de no haber aportado nada en el partido para el Madrid, el detonante para el belga fue la imagen de la risa. Ese momento en el que, finalizado el partido y en el saludo a sus excompañeros del Chelsea, se deshizo en una carcajada momentánea tras unas palabras con el francés Zouma, lo suficiente como para dejar una fotografía que prevalece sobre el resto.
Han vuelto de golpe los cuestionamientos sobre la profesionalidad del belga, y han brotado de golpe y con profusión las comparaciones con Bale, entre pancartas con los gustos escritos, lesiones y bajo rendimiento. El madridismo ha encontrado en el belga un conducto por el que canalizar toda la frustración de la eliminación. «No era mi intención ofender a la afición», dijo ayer Eden.
El 2-0 en Londres se quedó corto para lo que se vio en el partido. Hazard no sumó nada, pero casi nadie queda bien el día en el que quedan al descubierto todas las costuras. Ramos y Mendy demostraron no estar bien físicamente tras sus respectivas lesiones, el centro del campo llegó al día decisivo con el depósito de energía agotado y Benzema volvió a verse pobremente acompañado. Solo Courtois se salvó de la quema, asediado por ataques que desbarató hasta que pudo.
La situación de Zidane
Ni siquiera Zidane, obrador de la heroicidad de llevar al Madrid y sus circunstancias a semifinales de la Champions, salió indemne, con un planteamiento, unos cambios y una elección de jugadores para según qué puestos que son más que cuestionables. Pero el francés tenía que lidiar con la fatiga acumulada de una plantilla tan corta como veterana, con más de 50 lesiones sin contar las ausencias por el coronavirus.
Le queda la Liga, en la que conserva opciones de título también de forma inesperada, pero el hastío
La polémica
- físico va a permanecer ahí para recibir el domingo al Sevilla y cada vez se hace más necesaria la renovación de una generación que, como dijo Casemiro tras perder en semifinales, hizo historia porque «es muy difícil ganar la Champions», y ganaron tres seguidas.
El dique que ha retenido la regeneración del Madrid ha sido la falta de dinero y la perseverancia de Zidane, pero todas las señales apuntan a que el francés no seguirá al final de la temporada y se avecina un cambio de ciclo que ya llega con retraso. El día que presentó la fallida Superliga, Florentino Pérez dejó entrever que se abría una nueva etapa en el equipo.