EEUU y la UE se abren a desbloquear las vacunas
La propuesta de Biden busca la inmunidad global
No hay nada como que EEUU se mueva para que lo sigan los demás. El anuncio del Gobierno norteamericano, presidido por Joe Biden, de que apoya liberar las patentes de las vacunas del coronavirus para que su uso sea universal ha forzado a los principales actores mundiales a posicionarse.
En los pasillos del poder estadounidense se espera que ese pulso que libran las principales potencias mundiales para ayudar a inmunizar al mundo frente al covid-19, y de paso avanzar sus intereses geopolíticos, acabe imperando en la diplomacia de las vacunas. Estados Unidos llega tarde a esa carrera, tras haber centrado todos sus esfuerzos en proteger a su población con el América, primero de Donald Trump como eje de su gestión de la pandemia. Pero su estricto nacionalismo sanitario empieza a remitir y se espera que pronto esté en condiciones de pelear por un liderazgo que ha abandonado en los últimos meses.
El mundo no espera, ni tampoco sus principales adversarios y aliados geopolíticos. Todos están aprovechando la oportunidad para extender su poder blando en el mundo y avanzar otros intereses. También en aquellas regiones que forman parte de la esfera de influencia estadounidense, como Latinoamérica, Europa o el norte de África. Y China va ganando esa carrera.
Hasta ahora Washington había bloqueado la exportación de vacunas producidas en su territorio, así como de las materias primas necesarias para fabricarlas, una política que ha desatado protestas airadas de países como la India. Pero a medida que la demanda interna empieza a caer y el país se acerca al objetivo de vacunar al 70% de su población antes del 4 de julio, la Casa Blanca prepara su estrategia para acudir al rescate del mundo. «América será el arsenal en la lucha contra el covid-19, igual que fue el arsenal de la democracia durante la segunda guerra mundial», dijo esta semana su presidente. «Pero antes de que ocurra, todos los estadounidenses tendrán acceso (a la vacuna)».
Por el momento solo ha donado cuatro millones de dosis a sus vecinos fronterizos en México y Canadá. Pero la Casa Blanca ha dado el visto bueno a Pfizer para que reparta además los 60 millones de dosis de AstraZeneca que tiene en sus almacenes. Al menos una parte acabará en la India. Más importante todavía es la decisión de Biden de respaldar la iniciativa para suspender temporalmente las patentes de las vacunas, un paso que sirve para que gane enteros la posibilidad de genéricos.
Con una aportación de 4.000 millones de dólares, EEUU se ha convertido también en el principal donante financiero del Covax, la iniciativa de la ONU que pretende repartir este año 2.000 millones de dosis entre los países pobres y de renta media. Y en Washington son muchos los que ven una oportunidad histórica, quizás un nuevo Plan Marshall.