VACUNACIÓN
Perdón José María Bello Mercadal Zaragoza
Quiero pedir perdón a la Policía Nacional y a la Guardia Civil como ciudadano administrado circunstancialmente por el Gobierno de turno, pero amparado siempre por nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Y quiero hacerlo porque siento vergüenza ajena por el trato vejatorio y deleznable recibido por parte de la Generalitat de Cataluña en el asunto de la vacunación de nuestros policías y guardia civiles, pero mucho más por el abandono imperdonable que sufren sistemáticamente por parte del gobierno de España en general, y por el ministerio del interior en particular.
Que hayan tenido que ser las asociaciones profesionales de estos cuerpos las que con su denuncia ante los tribunales hayan conseguido que la justicia obligue a la Generalidad a hacer el trabajo de vacunación al que le obliga la ley, y que, desde el gobierno de España no haya salido ni el más mínimo reproche hacia el gobierno de esa comunidad autónoma, hace que muchos españoles sintamos una vergüenza ajena difícil de explicar. Desde aquí quiero disculparme con todos ellos y expresarles mi agradecimiento, mi admiración y mi orgullo de saber que, pese a todas las injusticias sufridas en sus propias carnes y en las de sus familias, siempre podremos contar con la profesionalidad, la abnegación y la entrega incondicional de nuestros policías y guardias civiles en su labor de servicio y protección a todos y cada uno de los españoles.
Y todo ello es debido fundamentalmente por una virtud que está muy por encima de los gobernantes de turno y que forma parte de las divisas de todos ellos: el honor. Gracias por existir.