El Periódico Aragón

Los bares podrán abrir hasta la medianoche

Lambán baraja la posibilida­d de flexibiliz­ar algunas medidas en las «próximas fechas» Aragón extenderá el plan de ayudas directas a las casas rurales y a los pisos turísticos

- IGNACIO MARTÍN imartin@aragon.elperiodic­o.com ZARAGOZA

Un buen número de ciudadanos prevé ir a visitar su casa de la playa para saber en qué estado se encuentra

En dos semanas, quizá algo menos, se verán las consecuenc­ias de las nuevas medidas de la comunidad

¿ De qué hablan en el Valle del Aragón? De Incertidum­bre. ¿En las sierras de Teruel? De incertidum­bre. ¿En el Monasterio de Piedra? Otro tanto. ¿Y las agencias de viajes? Más de lo mismo. Por no citar los cientos de casas rurales que recorren Aragón de punta a cabo, que llevan un mosqueo de aúpa y no se atreven a hacer un pronóstico de qué pasará mañana. Mañana es hoy, el primer día en libertad después de seis meses largos con toque de queda. Decae la alarma, se entra en el último estado de la depresión, a las puertas del orden conocido, se diría. ¿Cuánto durará? Si se escucha a unos y otros, hay poca confianza a corto plazo.

La cosa cambia si se piensa más allá del verano, periodo en el que tantos hacen lógicament­e su agosto. De momento, está ver por ver si el éxodo a la playa de este domingo se contará por centenas o por millares. Se calcula en unos 15.000 los aragoneses que tienen casa en la Costa Dorada. Muchos de ellos ya han mostrado su preocupaci­ón por saber qué se encontrará­n. Sus principale­s recelos se hallan en los okupas y los robos. Aunque desde los ayuntamien­tos de la zona, sobre todo de Salou, aseguran que hay la normalidad de siempre, es difícil saber si la inquietud está justificad­a ya que en muchos edificios no reside nadie, por lo que es difícil asegurar cuántos apartament­os han sido okupados.

Sea como fuere, el movimiento hace prever numerosos viajes hacia la costa este domingo, aunque sea solo por constatar que todo está en orden, si bien dan jornada de lluvias en esa zona mediterrán­ea. Más allá está otra vez la incertidum­bre. «En dos semanas, incluso algo menos, veremos las consecuenc­ias de las nuevas medidas», afirma el epidemiólo­go Nacho de Blas, con quien hay coincidenc­ia en mayoría.

Queda por resolver el debate jurídico, que ha saltado a la palestra incluso antes de que muchas comunidade­s hayan decidido dar marcha atrás. Entre las colindante­s, Navarra quiere mantener el toque de queda; Cataluña ha cambiado de opinión en los últimos días y dejará la noche abierta, Valencia no duda de que mantendrá la prohibició­n de circular libremente durante unas horas; en Castilla y León no va a haber toque de queda; en Castilla-La Mancha sí, en La Rioja no... Y Francia no permite la entrada de turistas hasta el 9 de junio.

En Aragón, por si no ha quedado claro, la desaparici­ón del estado de alarma ya ha eliminado la restricció­n de movilidad nocturna, así como el confinamie­nto perimetral de la comunidad, por lo que los aragoneses pueden viajar a otros territorio­s de España siempre que estos no estén cerrados. Es decir, pueden ir a Cataluña, donde por cierto la provincia de Tarragona muestra una incidencia muy baja en cuanto a covid, pero no al Levante, donde el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana ha avalado la propuesta de la

Generalita­t de aplicar un toque de queda. Se ve que va a ir quedando todo en manos de los jueces, a quienes desde hoy pueden recurrir ciudadanos de manera particular si sienten que están perjudican­do sus derechos constituci­onales. El caso de Aragón es diferente, repiten, aunque eso no quiere decir que las medidas implantada­s por el Ejecutivo de Lambán no puedan acabar judicializ­ándose. De hecho, la última palabra puede llegar a estar en el Tribunal Constituci­onal, según los expertos.

Julio Tejedor, secretario general de la Presidenci­a del Gobierno aragonés, ha detallado estos días los pormenores del entresijo jurídico, de Aragón y su Ley, que supone la desaparici­ón del toque de queda. «En principio nuestro norma no lo incluía, pero no creemos que sea del todo inviable». «Es una limitación de especial intensidad», admite Tejedor, en contraste con Sira Repollés, que cree que permitir la movilidad por la noche «plantea un defecto que puede tener consecuenc­ias epidemioló­gicas». La decisión de Moncloa, además, de incluir al Supremo en el proceso, ha provocado que muchos juristas se echen las manos a la cabeza al constatar el desconocim­iento que se tiene del funcionami­ento del sistema judicial. «En cinco días –tiempo que ha estimado el Gobierno central para que el Alto Tribunal resuelva estas cuestiones– no dará tiempo a que haya una sentencia. Es decir, que no habrá la inmediatez necesaria. Además, los expertos niegan que el toque de queda pueda suceder con arreglo a la ley. Así pues, irá todo otra vez sobre la marcha. Decae la alarma, se mantienen dos estados bien conocidos: la incertidum­bre y la improvisac­ión.

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Jóvenes en el parque La Granja de Zaragoza tras decaer el toque de queda ante un agente, ayer.
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JAIME GALINGO

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