El teletrabajo se reduce por los costes que implica para las empresas
La nueva ley del teletrabajo cumple este mes siete meses en vigor y hasta ahora han sido pocos los convenios o acuerdos de empresa que han trascendido para estabilizar esta modalidad de jornada más allá de la emergencia pandémica. Parte de las empresas muestran recelo, cuando no rechazo, ante la idea de iniciar negociaciones al respecto, ante la perspectiva de que compensar los gastos derivados del ejercicio a distancia incremente sus costes laborales de manera permanente.
La parálisis de la negociación colectiva entre patronales y sindicatos fruto de la crisis del covid tampoco ayuda a desatascar este frente. Y existe malestar entre parte de la población que puede y quiere teletrabajar, pero que no consigue interlocutar con sus jefes para pactar un equipo adecuado, un mínimo de días a la semana o unos pluses compensatorios, entre otros aspectos. Actualmente, según los últimos datos de la EPA, el 11,1% de los trabajadores ejercen a distancia más de la mitad de la semana. Eso equivale a unos 2,1 millones de personas en todo el país.
La ley de trabajo a distancia que entró en vigor el 13 de octubre deja gran parte de su despliegue en manos del acuerdo de la negociación colectiva: ya sea vía convenios sectoriales o de acuerdos individuales entre el empleado y la dirección. Detalles como el equipo mínimo que debe proveer la empresa (como ordenador, el monitor, teclado, móvil, etcétera) y los posibles pluses compensatorios por gastos derivados (wifi, agua, luz) queda al albur del acuerdo entre las partes.