La reducción de la velocidad no acabó con los accidentes
Desde hace dos días, la normativa de la Dirección General de Tráfico indica que en los cascos urbanos el límite de velociad es de 30 kilómetros por hora y a 20 en algunos tramos. Esta medida lleva ya años implantada en Zaragoza, dentro de la política emprendida durante los mandatos de PSOE y CHA en su apuesta por la movilidad sostenible y la pacificación del tráfico. Un modelo continuado después en el que se pretendía la convivencia del peatón con sistemas de transporte sostenibles como el tranvía y la bicicleta y la reducción paulatina del tráfico rodado. Por tanto, Zaragoza lleva años de ventaja aunque a tenor de los datos de siniestralidad, esta no se ha reducido a pesar del efecto disuasorio que supone la limitación de la velocidad en los municipios. Esto invita a una reflexión, ya que es una medida muy positiva pero que obliga a los conductores y peatones a respetarlo y a no relajarse para cometer infracciones o despistes.