Unas 300 cabezas de ganado para abonar 20 hectáreas de campo
Reconocible es el olor a estiércol cuando uno se aproxima a localidades o campos donde se trabaja con animales. Los excrementos son el fertilizante perfecto, excelente, debido a su alto contenido en nitrógeno y materia orgánica y que desde la antigüedad se ha utilizado para aprovechar los residuos del ganado y, también, restaurar los niveles de nutrientes en los suelos agrícolas. Esta es la idea principal que tiene en mente Arturo Ferrer, un ganadero de la comarca de la Hoya de Huesca que va a introducir a sus ovejas en un campo de almendros para facilitar su transformación desde un campo de cultivo convencional, a uno ecológico.
«La idea es meter las ovejas en una finca que abarca unas 20 hectáreas de almendro que están en ecológico ya», explica Ferrer. «Tiene como varias vías de ataque, pero inicialmente, cuando empiezas a trabajar en ecológico, cambiándolo de convencional, es porque estás buscando el mayor precio de venta pero
Estiman que necesitarán
Campos
Aquí entran los animales y su condición de fertilizador de altas garantías. «Para que un suelo trabaje al máximo de su fertilidad, tiene que haber animales que estén interactuando con los vegetales. Y eso es con ganado. La principal función del ganado no es que produzca carne, sino que sea herramienta de gestión de la finca», aclara este ganadero, que trabajará en hectáreas de la empresa Frutos Naturales Orgánicos S. L. ubicada en Bolea. Para ello, estiman que necesitarán unas 300 cabezas.