Un pan para celíacos elaborado en Trasmoz triunfa en toda España
Una vecina del municipio lleva una necesidad familiar a una oportunidad laboral
El Trasmozero es la aventura particular de Cristina Prieto, quien ha hecho de una necesidad familiar, la celiaquía de su hijo, una oportunidad de trabajo que le va a permitir continuar viviendo al lado del Moncayo, como era su deseo. Se trata de una empresa de panadería con la que surte a usuarios de la zona y que también vende sus productos online a toda España.
Este horno y panadería ofrece panes sin gluten, para que sean aptos para celíacos, y están hechos con «ingredientes ecológicos, nada de azúcar, bajos en sal, de masa madre y elaboración artesana», señala Prieto a Europa Press. Se trata, además, de «panes de especialidad», de diversos tipos: de cerveza, harina integral de trigo sarraceno, harina integral de arroz y multicereal. Se sirven en formato de pan de molde, con una textura más consistente y de larga duración. Se han eliminado en su elaboración todos los ingredientes que pueden ser alérgenos «excepto el sésamo, por sus grandes propiedades nutrientes», ha aclarado Prieto. Prieto llegó hace unos 20 años a Trasmoz. Nacida en un pueblo de Zamora, los estudios universitarios la llevaron a Zaragoza, donde conoció a su pareja y acabaron viviendo en esta pequeña población zaragozana, conocida por sus historia de brujas y su castillo, donde han formado parte de la cooperativa El Acebo, otra iniciativa emprendedora, que elabora quesos artesanos, y en cuyo horno comenzó esta emprendedora su aventura empresarial.
Prieto se ha dedicado siempre al teletrabajo, impartiendo formación online para distintas empresas. Pero hace un par de años, acuciada por la estacionalidad de su trabajo, comenzó a plantearse si no debería volver a la ciudad. «Había muchas temporadas que estaba parada, no sólo en verano, y en un pequeño pueblo las oportunidades laborales son muy pocas», ha explicado. Tras muchos momentos de duda e indecisión, decidió quedarse, y lo hizo creándose ella misma una segunda ocupación que le permitiese seguir viviendo en el mundo rural.
Así nació El Trasmozero en noviembre de 2019. Paradójicamente, poco después llegaría la pandemia y el teletrabajo se situaría en primer plano, pero Prieto ya había reconducido su vida laboral y el nuevo proyecto emprendido, que comenzaba a dar sus frutos entre el público de la zona sufrió el impacto del confinamiento. Pero Prieto resistió. «Pude hacerlo porque había empezado con un proyecto pequeño y unipersonal, si hubiese tenido empleados no sé qué hubiera hecho», ha manifestado. Ante este primer obstáculo inesperado, El Trasmozero optó por crecer: «Invertí en un horno y añadir más equipamiento, aprovechando los préstamos ICO abiertos por el covid buscando ampliar mercado». Y así sucedió: El Trasmozero mantuvo su público más cercano, y a la vez,
online.= comenzó su despegue