Una candidata con raíces republicanas españolas
Nació como Ana María, luego fue Anne y ahora aspira a convertirse en la primera mujer presidenta de Francia. La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, liderará la candidatura del Partido Socialista (PS) en las elecciones francesas. ¿Sus principales banderas ideológicas? El republicanismo, el trabajo y el ecologismo.
Hidalgo, de 62 años, heredó su defensa de los valores republicanos de su padre Antonio, un astillero gaditano que emigró a Francia para huir del hambre del franquismo. Nacida en San Fernando (Cádiz) en el 1959, su familia cruzó los Pirineos a principios de los sesenta. Su abuelo materno ya se había exiliado a Francia al final de la Guerra Civil y al regresar a España había sido encarcelado y condenado a muerte por su militancia republicana, aunque la pena no se ejecutó.
«Nací en España, llegué a Francia cuando tenía dos años y medio y crecí en Lyon», explica la candidata socialista en una entrevista publicada esta semana en el semanario Le Point. Ante el estigma de encarnar a la «baronesa de París», una ciudad en la que las clases medias y superiores resultan predominantes y los obreros casi desaparecieron, Hidalgo reivindica sus orígenes modestos. «Cuando mi padre o mi tío, que eran paletas, me mostraban las casas que habían construido, se mostraban orgullos de ello», recuerda la alcaldesa, que quiere hacer de un mejor empleo, con mejores salarios, uno de los puntales de su plan.
Aunque aprobó las oposiciones de inspectora de trabajo, Hidalgo desarrolló buena parte de su carrera en los despachos de las instituciones y del Partido Socialista. A mediados de los noventa formó parte de los gabinetes de varios ministerios durante el Gobierno de Lionel Jospin, uno de sus referentes. Desde 2002, se convirtió en la mano derecha del alcalde parisino Bertrand Delanoë, que una década después la designó como su sucesora. Su victoria en 2014 la convirtió en la primera mujer en dirigir la capital francesa. Pero sus inicios como alcaldesa estuvieron marcados por las dudas que suscitaba su condición de «heredera».
Si los adversarios de Hidalgo cometieron un error fue el de subestimarla. Su primer mandato resultó convulso. Los atentados del 2015, la revuelta de los chalecos amarillos, el declive de los socialistas tras el decepcionante mandato de Hollande… Lo que no impidió que en 2020 saliera reelegida de manera imponente, con cerca del 50% de votos.
Una de las claves fue su política ecológica. Prohibió la circulación de vehículos diésel a partir de 2024, peatonalizó los márgenes del Sena y promocionó el uso de la bici. Y es que la socialista aspira a lanzar una opa al electorado verde en unos comicios en los que la urgencia climática tendrá gran relevancia. La izquierda afronta 2022 con profundas divisiones. Y esto lastra las opciones de Hidalgo.