Cinco millones de españoles sufren migraña, el 40% sin diagnosticar
La ausencia de control médico y la automedicación cronifican la dolencia Los afectados pueden tener serios problemas para llevar una vida normal
Más de un 40% de las personas que padecen migraña en España están aún sin diagnosticar, y al menos un 25% de los pacientes con migraña no ha consultado nunca su dolencia con el médico, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Según el vicepresidente de la SEN y jefe de sección de Neurología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, Jesús Porta, el impacto de la migraña crónica en los pacientes es «especialmente grave» en el ámbito laboral y en el familiar. Ayer se celebraba el Día Mundial de esta enfermedad.
La migraña es además una de las cefaleas primarias más habituales, pues en España la padecen alrededor de 5 millones de personas, 1,5 millones en su forma crónica (experimentan dolor de cabeza más de 15 días al mes), provocando una elevada discapacidad que no es reconocida de manera suficiente y que empeora significativamente la calidad de vida. Afecta a personas de todo tipo de edades y géneros, aunque, en su mayoría, son mujeres (el 80% de los casos, aproximadamente), de mediana edad (entre los 20 y los 50 años), una etapa vital desde el punto de vista laboral y familiar.
«Los síntomas de la migraña (cefalea, malestar, náuseas, vómitos, intolerancia a la luz, olores o sonidos, entre otros), producen una importante limitación en la actividad diaria de quien las sufre, obligando a reducirla en más del 50% de las ocasiones y precisando de reposo en cama hasta en el 20% o 30% de los casos», explica el doctor Pablo Irimia, coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la SEN. Es el motivo neurológico de consulta más frecuente en España.
Según el doctor, la falta de diagnóstico y, por consiguiente, la automedicación es uno de los principales motivos de cronificación de la migraña. Cada año, un 3% de las personas que padecen migraña relativamente poco frecuente o episódica pasan a desarrollar una forma crónica de esta enfermedad (con dolor casi a diario), con lo que esto supone para los pacientes: mayor discapacidad y pérdida de productividad, un mayor número de consultas médicas y hospitalizaciones.