El PSOE de Zaragoza pone sobre la mesa la necesidad de un estadio
Ranera pide crear una mesa de trabajo para que la ciudad «esté preparada» para acoger los Juegos «El campo, sin que exista un consenso, es más difícil que se haga», aseguran desde la Alcaldía
Fue la gran promesa de Jorge Azcón durante su campaña electoral de 2019, el proyecto estrella de una legislatura absolutamente marcada por la crisis del coronavirus en su primera parte. La segunda, una vez que el covid parece de alguna manera controlado, se mira de otra manera. Lo hace el Gobierno PP-Cs, que nunca ha abandonado la idea de proyectar un nuevo estadio en Zaragoza. También el PSOE de Lola Ranera, que ayer anunció que llevará al debate sobre el estado de la ciudad la reforma del añejo campo de fútbol. La creciente certeza de que Aragón pueda optar, junto a Cataluña, a la organización de los Juegos Olímpicos de 2030 obliga a hacer movimientos en este sentido, sobre todo por el hecho bien conocido de que el vetusto coliseo zaragocista no está en condiciones de albergar competiciones de élite.
La portavoz socialista en el Ayuntamiento de Zaragoza, Lola Ranera, explicó ayer que presentará una propuesta de resolución en el próximo debate del estado de la ciudad para crear «una mesa de trabajo que debata sobre la reforma de los equipamientos deportivos municipales» ante la evidente posibilidad de que la capital aragonesa en los Juegos Olímpicos de Invierno o en el Mundial de fútbol, ambos eventos en 2030. En esa discusión, La Romareda será uno de los aspectos centrales que los diferentes grupos tendrán que acordar.
Según la líder de la oposición en el consistorio zaragozano, el debate sobre la reforma del campo de fútbol deberá iniciarse «sobre un folio en blanco y sin apriorismos». Es decir, se deben olvidar todos los obstáculos que han llevado al fracaso a las diferentes propuestas del pasado sobre qué hacer con La Romareda. Ranera incidió en este aspecto, aunque no aclaró si su grupo es partidario de un campo nuevo o de reformar las actuales instalaciones. «Hay que empezar desde cero», subrayó.
Lo que exige el PSOE es que el nuevo proyecto sea pactado y consensuado. En esa idea camina también Jorge Azcón, que ve necesario alcanzar un consenso político, al menos recoger un amplio apoyo en mayoría que le permita dar los primeros pasos. Así se lo ha hecho saber en varias ocasiones a Lola Ranera, que le pide al alcalde un proyecto que sea «explicable». Va en la línea de prudencia que mantuvo al comienzo de la legislatura Lambán, ahora más inclinado al nuevo estadio, sobre todo con los Juegos 2030 en el horizonte.
«El campo, sin que exista un consenso, es más difícil que se haga», afirman en la alcaldía zaragozana. La idea de Azcón pasa hace días por convencer al resto de partidos –al menos a una significativa mayoría–, trabajar en el proyecto que 18 meses atrás empezó a bosquejar con Lambán y evitarse sorpresas pretéritas. Para que no ocurra como con el campo de Atarés, que tumbaron entre el PSOE y CHA; o con el proyecto de Belloch de derruir y reconstruir que la Justicia acabó anulando tras un recurso vía PP-PAR; o con el último intento de un Gobierno PSOE-PAR, que logró casi la unanimidad después de que PP e IU apoyaran la propuesta de trasladar el campo a San José. CHA se descolgó, pero fue