Puigdemont admite que se entrevistó con un empresario ruso
El supuesto emisario de Putin ofreció millones de dólares y 10.000 soldados El ‘expresident’ rechazó sus ofertas por «inconvenientes y poco creíbles»
La oficina de Carles Puigdemont admitió ayer que el expresidente se reunió con un supuesto emisario del presidente ruso Vladímir Putin el día antes de la declaración unilateral de independencia de 2017. Puigdemont asume así por primera vez este encuentro, desvelado el domingo por El Periódico de Catalunya. Según explicaron estas fuentes a la agencia ACN, Puigdemont rechazó los ofrecimientos por «inconvenientes y poco creíbles». Antes, el expresidente se había negado a dar su versión al diario catalán, perteneciente a Prensa Ibérica, el mismo grupo editorial que este diario.
El juez de Barcelona Joaquín Aguirre interrogará mañana a Víctor Terradellas, el enlace entre Puigdemont y el exdiplomático y empresario ruso Nikolay Sadovnikov, de 64 años, para conocer las actividades de su fundación, CatMón. En aquella reunión de 2017 participaron además de Terradellas, Sadovnikov y Puigdemont, el también ruso Sergey Motin y el catalán Jordi Sardà Bonvehí (implicado en una presunta estafa con una venta de gas a Ucrania). Según Terradellas, exresponsable de política exterior de Convergència, antecesora de Junts, los rusos ofrecieron al entonces presidente catalán ayuda económica de millones de dólares y, supuestamente, también militar (unos 10.000 soldados). A cambio, los rusos pedían una legislación favorable para poner en marcha un sistema de criptomonedas en una Cataluña independiente y crear un gran nicho mundial de moneda virtual.
El polémico encuentro se convirtió ayer en uno de los principales temas de conversación políticos del país, y suscitó reacciones en varios partidos. El PSC quiso conducirse con gran «prudencia», pero su viceprimera secretaria de Organización, Lluïsa Moret, anunció por la mañana que, si ese encuentro tuvo lugar, los socialistas catalanes lo verían «muy grave». A última hora de la mañana se produjo la confirmación de la oficina del expresidente.
«No nos queremos adelantar, queremos tener más elementos para tomar una posición. Lo que estamos haciendo nosotros es intentar conocer mejor la situación y tener más elementos de juicio. Pero si se confirma, es un hecho grave», insistió Moret. A la espera de más explicaciones, la dirigente socialista no quiso ir más allá en el análisis del encuentro entre Puigdemont y Sadovnikov, que se produjo en la Ca
El PSOE pide al expresidente catalán que dé explicaciones sobre la reunión
Los partidos independentistas restan importancia al encuentro
sa dels Canonges, un edificio anexo al Palau de la Generalitat y residencia oficial del presidente.
El PSOE, como el PSC, pidió al expresidente de la Generalitat que dé más explicaciones sobre el contenido de su conversación. «No soy yo quien pueda contar esa información, tendrá que ser Puigdemont», dijo el portavoz del PSOE, Felipe Sicilia.
En Cs fueron bastante más lejos, y su líder en el Parlament, Carlos Carrizosa, pidió al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, que dé explicaciones sobre los contactos de Puigdemont, y también exigió al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que no se reúna con Aragonès hasta que la Generalitat no haya aclarado la cuestión.
Sánchez y Aragonès tienen un encuentro pendiente después de que el presidente español aceptara reunirse con el catalán tras desvelarse el caso de espionaje al independentismo, además de los pinchazos a los teléfonos del propio Sánchez y de la ministra de Defensa, Margarita Robles. «Este intento de desestabilizar España nos indigna absolutamente y demuestra hasta qué punto está dispuesto a llegar el separatismo catalán», añadió Carrizosa.
Los partidos independentistas restaron importancia a la cita. El secretario general de Junts, Jordi Sànchez, aseguró que «este relato de los 10.000 rusos que nos vendrían a ayudar, de la alianza con Rusia y la trama catalano-rusa es una invención sin ninguna base». La consellera de Presidencia, Laura Vilagrà (ERC), dijo que no tiene conocimiento de la reunión y que quiere mantenerse «muy lejos de todo el entramado de tramas rusas».