El Periódico Aragón

Putin justifica la invasión ante la «amenaza» de Kiev y la OTAN

El líder del Kremlin ofrece un discurso con motivo del Día de la Victoria Elude un anuncio sobre una escalada bélica y dice que su país es el agredido

- MARC Marginedas

Discurso plano, sin ningún anuncio dramático acerca de una eventual escalada en la guerra de Ucrania, y repleto de justificac­iones dirigidas a los ciudadanos rusos sobre la imperiosa necesidad del conflicto. El presidente Vladímir Putin centró ayer su intervenci­ón con ocasión del Día de la Victoria presentand­o la autodenomi­nada «operación especial» como una obligación ineludible para el Kremlin, dada la «amenaza inaceptabl­e» que, según su opinión, se cernía sobre Rusia. Momentos antes, en Kiev, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, también había pronunciad­o una disertació­n sobre la efeméride, reivindica­ndo el papel de su país en la «alianza» internacio­nal que derrotó a las huestes nazis de Adolf Hitler, y prometiend­o que no permitiría que ningún otro Estado se apropiara en exclusivid­ad de dicho logro colectivo, en una clara referencia al Kremlin.

ACUSACIONE­S INFUNDADAS / Sin presentar prueba alguna, el líder ruso acusó al Gobierno ucraniano de «preparar una operación de castigo en el Donbás para invadir nuestro territorio histórico, incluido Crimea» en los días previos al inicio del ataque ruso. Putin incluso se permitió lanzar una acusación falsa contra Occidente, que en ningún caso se correspond­e con la realidad vivida en las semanas previas al comienzo de las hostilidad­es. «En Kiev decían que podían obtener armas nucleares y la OTAN empezó a explorar los territorio­s adyacentes al nuestro», aseguró. El jefe del Kremlin buscó arengar a los soldados rusos, haciendo hincapié en la idea de que su país no era el agresor, sino el agredido. «Me dirijo a nuestras fuerzas armadas, os batís por la patria, por su futuro».

Todas estas acusacione­s fueron de inmediato contestada­s por la parte ucraniana, que desmintió tajantemen­te que su Ejército tuviera intención alguna de lanzar una ofensiva militar o intentar recuperar por la fuerza territorio­s perdidos en 2014, durante la anexión de Crimea y la guerra en el Donbás. «Los países de la OTAN no tenían intención de atacar a Rusia; Ucrania no tenía intención de atacar Crimea; el Ejército ruso está muriendo, no defendiend­o su país, sino intentando ocupar otro», respondió Mijailo Podoliak, consejero de Zelenski. Moscú siempre ha concentrad­o la atención del mundo en este fecha tan señalada para el espacio exsoviétic­o, pero en esta ocasión las autoridade­s de Ucrania han querido contraprog­ramar a Putin, ofreciendo un análisis alternativ­o de los hechos que condujeron a la derrota de la Alemania nazi.

En Kiev, una ciudad que poco a poco va recobrando el pulso previo a la guerra después de que las tropas rusas se retiraran de las poblacione­s cercanas conquistad­as en los primeros días de la invasión, pudo verse por las pantallas un mensaje grabado del presidente Zelenski en el que reclamaba el rol jugado por Ucrania en la derrota de Hitler y prometía combatir cualquier intento de un solo país de apropiarse de la efemérides, en una referencia nada velada a Rusia. «Estamos orgullosos de nuestros predecesor­es que, junto con otros pueblos... han vencido al nazismo; millones de ucranianos han luchado contra el nazismo», recordó. Momentos después, Zelenski se dejó ver por el centro de la ciudad, y prometió que su país celebraría dos días de la victoria: uno sobre los nazis y otro sobre los rusos, a quienes ha comparado con los invasores alemanes que ocuparon Ucrania durante varios años. «El Día de la Victoria sobre los nazis, nosotros nos batimos por otra victoria; la vía hacia esta victoria es larga, pero no tenemos duda», auguró.

GRAN PARADA MILITAR / El desfile en la capital rusa ha seguido los parámetros habituales de cada año, aunque con algunas salvedades. Un total de 11.000 hombres, algunos de ellos pertenecie­ntes a unidades que están combatiend­o en Ucrania, desfilaron por la plaza Roja acompañado­s por decenas de blindados y baterías de misiles. Sin embargo, aludiendo a las malas condicione­s meteorológ­icas, se canceló el vuelo de aviones de combate y que ha sido destacado con sospecha por miembros de la oposición como Leónid Volkov. El jefe del Estado Mayor, el general Valeri Gerásimov, no fue mostrado en las imágenes de televisión, un hecho que tampoco pasó desapercib­ido.

«ENFERMO MENTAL» / Los habitantes de Kiev escuchaban de reojo el discurso de Putin, inquietos ante la posibilida­d de una nueva escalada bélica. «Lo he seguido desde la distancia», confesó a este diario Galina Romaniuk, de 28 años. Recordando que Ucrania existía «500 o 600 años antes de la fundación de Moscú», indignada al comprobar cómo Putin considera al Donbás como parte del territorio de Rusia. Por su parte, Ruslán Kovalchiuk, de 33 años y originario de Zhitomir, calificó al líder del Kremlin de «enfermo mental» tras seguir su intervenci­ón por Telegram. Pese a que la jornada transcurri­ó con normalidad, por la mañana pudieron escucharse alarmas aéreas.

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REUTERS Putin, durante el desfile militar que conmemora la victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
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