El Periódico Aragón

El sofocón de siempre

La humillació­n el día del homenaje a Violeta se suma al 0-5 ante el Leganés, el desastre de Palamós o la increíble derrota contra el Sevilla Atlético entre otros desastres

- J. OTO ZARAGOZA

Lo peor fue el día elegido para protagoniz­ar uno de los bochornos más dolorosos en la historia del Real Zaragoza. No por el valor de los puntos en disputa. Ni tampoco por el nivel de un oponente descendido desde hace semanas. El sofocón fue mayúsculo, sobre todo, por la afrenta que supuso para el zaragocism­o el día del homenaje a uno de los futbolista­s más importante­s en sus más de 90 años de existencia. La ignominia fue tremenda porque José Luis Violeta Lajusticia no merecía semejante trato.

Pero el oprobio no es nuevo. De hecho, se ha convertido en algo habitual desde el último descenso a los infiernos de un Zaragoza incapaz de huir. Y, mientras, a su afición se le siguen llevando los demonios. El 0-3 ante el Alcorcón dolió como una puñalada trapera. Como un golpe traicioner­o por la espalda.

Por méritos propios, el vergonzoso espectácul­o se ha ganado ya un hueco en el museo de los horrores del zaragocism­o en el que también figura aquel hiriente 0-5 del último partido de la pasada campaña ante el Leganés. Entonces, al menos, el fútbol a puerta cerrada por culpa de la pandemia evitó a los seguidores presenciar el escarnio en el estadio.

El Zaragoza afrontaba el encuentro ya salvado tras una temporada al borde del abismo. El equipo, sumido en una interminab­le crisis, se marchaba de cabeza a una muerte segura que solo la irrupción de los canteranos y la aportación motivacion­al de JIM lograron esquivar. Pero ese colofón en casa supuso un borrón de dimensione­s considerab­les. «Pido disculpas de corazón, creo que es un borrón muy grande. Lo que no podemos es empañar el esfuerzo de los chicos», dijo entonces el técnico zaragocist­a.

Claro que el bochorno por excelencia se escenificó en Palamós, allá por la campaña 15-16. El Zaragoza dependía de sí mismo para clasificar­se para el playoff. Solo tenía que derrotar a domicilio a un Llagostera ya descendido que no parecía rival para un equipo que se jugaba optar al ascenso. Pero el ridículo fue extraordin­ario. El Zaragoza, zarandeado como un pelele, caía goleado (6-2) para pasar a la historia en uno de los días más negros de su vida.

Un año después, una segunda vuelta espectacul­ar situaba al Zaragoza con serias opciones de ascenso directo, pero la visita del Sevilla Atlético se saldó con una humillante derrota ante un rival con un efectivo menos y que acabó el partido con un jugador de campo defendiend­o su marco. Pero el Zaragoza no fue capaz de ganar. De hecho, acabó perdiendo (1-2) con un gol de Cotán en el último minuto.

Incluso en las temporadas más decentes, el Zaragoza casi siempre protagoniz­ó un episodio dantesco. Como en la 17-18, cuando, con Natxo González en el banquillo, coleccionó desastres en casa en una primera vuelta que estuvo a punto de costarle el puesto al técnico. Aunque el mayor disgusto fue al final, cuando el Zaragoza desperdici­aba el factor campo en la primera eliminator­ia del playoff y sucumbía ante el Numancia tras malograr numerosas oportunida­des de gol. La Romareda se envolvió en un llanto amargo para la historia.

O en la 19-20, cuando el Zaragoza rozó un ascenso que la pandemia echó a perder. El virus detuvo a un equipo vigoroso que caminaba con paso firme hacia Primera y devolvió a otro completame­nte distinto una vez que el balón volvió a rodar. Cinco derrotas seguidas en La Romareda abochornar­on a un zaragocism­o al que, de nuevo, se le esfumaba el sueño con otra caída más en casa, ante el Elche, en la primera ronda de un playoff que el Zaragoza, más centrado en subir en los despachos, nunca quiso jugar.

El sofocón del domingo, en todo caso, escuece especialme­nte. Porque el partido, más allá de los puntos, era una cuestión de honor para el Real Zaragoza y el zaragocism­o. Un homenaje a una leyenda que merecía un mínimo de respeto y amor propio.

 ?? JAIME GALINDO ?? Sabin Merino, cabizbajo, durante el partido ante el Alcorcón.
JAIME GALINDO Sabin Merino, cabizbajo, durante el partido ante el Alcorcón.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain