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El expresidente del Gobierno presenta en un Principal abarrotado de populares su libro ‘Política para adultos’, donde hace un crítico análisis de los populismos
No era difícil que Mariano Rajoy se llevase la ovación con la que los asistentes al Teatro Principal despidieron la presentación de su libro Política para adultos. No era difícil porque el expresidente se ganó al público con su cáustica disertación en la que atizó duro a los pabloiglesias del panorama español. Mucho menos lo era porque el público estaba entregado. El PP en pleno, con diputados, concejales, senadores... Alguno
faltó, aunque no se le echó de menos a primera vista.
Rajoy llegó para contar la opinión «de un político de derechas de provincias» en lo que considera «un alegato al sentido común» en el que no se mete con nadie, «aunque a veces no lo parezca», dijo con sorna al explicar que hay jóvenes que son adultos y otros mayores que son «medio tontos».
¿En qué consiste el populismo? «En tratar a la gente como a niños», se respondió el popular, que deja tres mensajes en 333 páginas: «La defensa de la democracia liberal; la constatación de que el populismo es uno de los mayores retos al que nos enfrentamos las democracias liberales; y cuál debe ser la respuesta de estas para hacerse mayores y perdurar».
Recordó que hay gente que todavía compara a las dos Europas tras la caída del Muro de Berlín, «que ya se ve» cómo están y «aun así quedan comunistas aunque se hayan cambiado de nombre (IU, Podemos...) para seguir siendo populistas», que no solo se disfrazan en la extrema izquierda sino en la derecha «o de nada» porque su vestimenta «es muy variada».
¿Quién es el populista? «El que habla de la casta y despotrica contra banqueros, cardenales y autónomos, el que atiza al que le va bien la vida», y siempre al Gobierno excepto cuando está en él, «y algunos aun estando».
Otro tipo de populista es «el Adán, el que llega nuevo y piensa que con él empieza todo y que lo anterior a su advenimiento no vale o no existe», en alusión expresa a «los de la llamada nueva política, los antieuropeos, los que nos iban a regenerar a todos, los que abominan de la Transición».
Hay quien hace «la promesa de un futuro idílico, promete un mundo feliz sin nada de responsabilidad ni contención». El ejemplo es el de los nacionalistas catalanes que «decían que llegarían oleadas de empresas tras el procés, cuando Europa les daría la razón y Madrid dejaría de robarles».
«Podemos prometió el oro y el moro, pero trajo ruptura, división, y líos en el Gobierno. ¿Pero qué aportaron todos, todas y todes?», dijo en medio de la carcajada general». «El todes es la gran aportación de los populistas y sus palmeros a la gramática. Ya se sabe que dicen las atletas pero no los atletos, y las logopedas pero no los...», lo que sonaría mal «en este mundo donde no cabe un tonto más pero, al decirlo, nadie contempla que a una tonta se le podría hacer sitio», dijo antes de cerrar con un aire optimista al recordar la fallida profecía de Pablo Iglesias en 2014 y porque, citando a Churchill, «no parece de mucha utilidad ser otra cosa (que optimista)». de vivienda de protección para que aumenten en número en el mercado con un precio máximo inferior a la vivienda libre y que se desarrollen los suelos reservados para la construcción de VPO en los municipios de Aragón donde desde hace cinco años no se ha construido ninguna promoción en las provincias de Teruel y Huesca, con 184 calificadas en 2008 en la primera y 617 en la segunda.
En Zaragoza la situación ha sido «algo mejor» en los últimos cinco años, con unas 600 viviendas de VPO promovidas pero siete veces por debajo de las 3.983 que se impulsaron solo en el año 2008.
Se incluirán en el grupo A las tres capitales, con un precio máximo que pasa de 153.000 a 185.000 euros para una vivienda de 90 m2. Esto supone un incremento del 21%, si bien el IPC ha aumentado un 24,5 % en estos 13 años desde la última actualización en 2009.
En el grupo B (Barbastro, Jaca, Cuarte y Utebo), el precio máximo en régimen general queda fijado en 179.000 euros y en los del grupo C en 166.457 euros. En el resto de municipios se mantienen los 133.165 euros.