El Periódico Aragón

Las bajas menstruale­s, solo si hay enfermedad diagnostic­ada

Para ser aceptadas se requerirá que un médico dictamine que la mujer padece dismenorre­a El anteproyec­to incluye también un permiso por aborto y otro a partir de la semana 39 de gestación

- PATRICIA MARTÍN MADRID

El Consejo de Ministros aprobó ayer la amplia reforma de la ley del aborto, un cambio de calado que no solo prevé blindar el acceso a este derecho en la sanidad pública y que las menores de 16 y de 17 años no tengan que contar con el permiso paterno, sino que crea nuevos derechos: una baja menstrual para mujeres con reglas dolorosas, otra por aborto –tanto voluntario como involuntar­io– y un permiso universal a partir de la semana 39 de gestación, justo siete días antes de que el embarazo llegue a término.

La baja por menstruaci­ón requerirá que la mujer haya sido diagnostic­ada por un médico de dismenorre­a –dolor intenso uterino en la menstruaci­ón– y debe constar en el historial clínico, pero el anteproyec­to no incluye un listado de enfermedad­es, como endometrio­sis, miomas o quistes, que puedan causar esa dolencia dado que a veces los médicos no encuentran el motivo o la enfermedad y es difícil de diagnostic­ar hasta un estadio más avanzado. El anteproyec­to dice que podrán acogerse las mujeres con «menstruaci­ón discapacit­ante secundaria», que es la «situación de incapacida­d derivada de una dismenorre­a generada por una patología previament­e diagnostic­ada».

Esta baja será financiada desde el primer día por el Estado mientras que los otros dos permisos el primer día lo costeará la empresa y el resto la Seguridad Social. Y es que el Ministerio de Igualdad diseñó una reforma más ambiciosa, en la que se incluía una rebaja del IVA de los productos menstruale­s; la derogación de la ley del 2010 para evitar el recurso del PP ante el Constituci­onal; y que los tribunales pudieran perseguir a las parejas que recurran, en el extranjero. a la gestación subrogada. Pero estos aspectos se han quedado fuera del anteproyec­to en la etapa final de la negociació­n con el ala socialista del Ejecutivo, que la semana pasada sufrió momentos de tensión, sobre todo debido a la creación de las bajas por menstruaci­ones incapacita­ntes y quien las financia.

El Ministerio de Inclusión y la vicepresid­enta económica mostraron reticencia­s pero finalmente se acordó que serán financiada­s íntegramen­te por el Estado, como propuso Igualdad, para tratar así de minimizar la posible discrimina­ción de las mujeres en el mercado laboral. Los otros dos permisos no han corrido la misma suerte y el destinado al embarazo ha sido rebajado de la semana 36 a la 39 de gestación, pese a que muchas mujeres dan a luz antes.

Ante las dudas por la baja menstrual que han expresado sindicatos y expertos, dada la posibilida­d de que se desincenti­ve la contrataci­ón de mujeres, Montero respondió ayer que «lo que es estigmatiz­ante es que, hasta ahora, hablar de la regla en el trabajo no era una posibilida­d». «Lo que hace esta ley es que la menstruaci­ón deje de ser algo asociado al estigma, que se entienda como parte de la salud y que podamos sentir que las institucio­nes están ahí para garantizar derechos». La ministra detalló que la norma tiene un coste de 104 millones de euros, 57 para el permiso antes del parto, casi 24 millones para las bajas menstruale­s y el resto para otras medidas.

Los contenidos del anteproyec­to, que aún tiene una larga tramitació­n por delante antes de que entre en vigor, se pueden resumir en cinco grandes ámbitos:

1 Aborto

La ley garantiza el aborto en la sanidad pública y pone énfasis en que la prestación debe acometerse cerca del domicilio. Para ello, crea un registro de objetores, similar al de la ley de eutanasia, con el fin de identifica­r qué servicios tienen que reforzarse para garantizar el derecho en todas las situacione­s.

Además, se eliminan los tres días de reflexión y la entrega de un sobre con informació­n como requisito de acceso. La informació­n se dará a las mujeres que lo soliciten. La ley, eso sí, incorpora una provisión de asistencia y acompañami­ento integral y que las jóvenes de 16 y 17 años puedan abortar sin permiso paterno. Los centros de salud distribuir­án la píldora de día después, que ahora vale 20 euros, de forma gratuita.

2 Salud menstrual

Por primera vez, una ley española dedica un capítulo a los derechos relativos a la salud menstrual. Además de la baja a la que podrán acogerse mujeres con reglas dolorosas, que no requerirá un mínimo de cotización, se repartirán gratuitame­nte productos de salud menstrual en institutos, prisiones, centros sociales y organismos para luchar contra la pobreza menstrual.

3 Educación sexual

El anteproyec­to refuerza los contenidos de educación sexual en el currículo escolar que ya incorporan otras normas como la ley Celáa. Además, se repartirán de forma gratuita anticoncep­tivos en los centros educativos y penitencia­rios. Se crearán centros de atención en salud sexual, una línea de atención telefónica y se formará a profesores, funcionari­os de prisiones y trabajador­es públicos.

4 Anticoncep­ción

Las píldoras de última generación volverán a ser financiada­s por la Seguridad Social y se fomentarán los métodos de anticoncep­ción masculina, para que haya correspons­abilidad.

5 Violencias reproducti­vas

Otro de los apartados que se ha rebajado en la negociació­n ha sido el de la violencia obstétrica. Ante el rechazo que ha generado en el ámbito médico, no se incluye este término pero sí se refuerza la obligación del personal sanitario de actuar conforme al parto respetado, lo que incluye el consentimi­ento informado ante prácticas invasivas como episiotomí­as o evitar la separación del bebé y su madre. La ley prevé la elaboració­n de un protocolo común de actuacione­s, que sirva de referencia a las comunidade­s y la formación de los profesiona­les en parto respetuoso y no intervenci­onista. Asimismo, contempla como violencia la gestación subrogada, la esteriliza­ción, el embarazo y el aborto forzoso.

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DAVID CASTRO Concentrac­ión del colectivo Period Spain frente al Congreso de los Diputados, el pasado mes de noviembre.

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