CaixaBank prevé dar 9.000 millones a sus accionistas hasta el año 2024
El grupo espera mejorar sus ingresos el 7% por el alza de tipos y retrasar el pago por los depósitos La entidad descarta nuevos recortes de plantilla extraordinarios al menos hasta dentro de dos años
El encarecimiento del precio del dinero con que los bancos centrales combaten la brutal escalada de la inflación está sacando a la banca de una travesía del desierto de años de tipos de referencia cero y negativos. Así se está empezando a reflejar en las cuentas de resultados de las entidades y también en sus proyecciones para los próximos años. CaixaBank prevé elevar su rentabilidad del 7,2% del año pasado hasta el 12% en 2024 (con lo que sobrepasará por fin el 10% que le exigen los inversores), lo que le permitirá remunerar a sus accionistas con 9.000 millones de euros hasta aquel año. Los inversores lo premiaron ayer con una subida en bolsa del 5,17%.
Ambas previsiones están incluidas en su nuevo plan estratégico 2022–2024, que su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, calificó de estrategia de «crecimiento e inversión, no defensiva, muy distinta de lo que podían hacer los bancos en 2012 y 2015». La mejora de la rentabilidad se basa principalmente en un incremento esperado del 7% de los ingresos. Eso sí, dicha mejora vendrá mayoritariamente por efecto de la subida de tipos, ya que la entidad prevé un aumento «modesto» de los volúmenes de negocio (0,5% del crédito no moroso).
PAGO PARCIAL CaixaBank prevé trasladar el alza de tipos al crédito de forma más amplia que al pasivo. «Vamos a ser el último banco en pagar por los depósitos», aseguró su director financiero, Javier Pano, quien lo justificó por el mayor peso de depósitos minoristas en la entidad frente a sus competidores, la mayor proporción de ahorro en otro tipo de productos y por el exceso de liquidez del banco. Así, la entidad prevé pagar un interés por el 30–35% de sus depósitos y trasladar solo el 70% del tipo de interés del mercado a la remuneración de dichos depósitos.
El otro factor fundamental que explica la mejora de la rentabilidad es que los costes no subirán hasta 2024, ya que el fuerte alza de la inflación se verá compensado por los ahorros por el gran ajuste de plantilla y oficinas del año pasado tras la absorción de
Bankia. El consejero delegado, Gonzalo Gortázar, descartó un nuevo recorte hasta 2024. Fruto de dicha evolución de los ingresos y los gastos, el ratio de eficiencia mejorará desde el 58% del 2021 hasta situarlo por debajo del 48%.
El tercer factor clave que apoyará el aumento de la rentabilidad serán las menores provisiones gracias al uso de la hucha extraordinaria creada en 2020 por el covid, con una morosidad que descenderá del 3,5% de marzo hasta quedar por debajo del 3% en 2024.
Como consecuencia de todo ello, CaixaBank prevé repartir los 9.000 millones (u 8.000 millones en un escenario de menores tipos de lo que espera) mediante el pago de dividendos (destinará a ello más del 50% del beneficio), un plan de recompra de acciones de 1.800 millones lanzado ayer (que aumenta el beneficio por acción al reducir los títulos en circulación), y el reparto del exceso de capital por encima de su objetivo de que la solvencia esté entre el 11% y el 12%. Por ponerlo en perspectiva, el banco dio en dividendos 5.900 millones entre 2011 y 2021.
La entidad defendió que esta retribución al accionista «revierte directamente en la sociedad», ya que sus beneficiarios son la Fundación La Caixa (30% del capital), el Estado a través del FROB (16%) y unos 646.000 pequeños accionistas (28%), mientras que el resto son inversores institucionales. Goirigolzarri, en este sentido, evitó pronunciarse sobre si el Ejecutivo debería o no retrasar la privatización, prevista para final de 2023: «Mi opinión es irrelevante».
El presidente descartó que la sede social del banco vaya a volver a Barcelona: está en Valencia «con vocación indefinida».
El fuerte alza de la inflación se compensará con los ahorros por el gran ajuste de personal y el cierre de oficinas