El Periódico Aragón

-B AUSJQVMBDJ­ÒO HBMMFHB

Pedro Campos y Juan Carlos I se conocieron por el empresario Josep Cusí en los 80 amigos de Sanxenxo le ayudó a volver a navegar con un barco restaurado y seguro para el emérito

- SALVADOR RODRÍGUEZ VIGO

Los problemas de cadera padecidos por Juan Carlos I le impidieron practicar su deporte favorito durante varios años. Llegó un momento en que incluso pensó que ya no podría volver a hacerlo, y mucho menos competir. Pero allí estaban sus amigos de Galicia para devolverle la ilusión: «Ocurrió –relata Pedro Campos, presidente del Real Club Náutico Juan Carlos I de Sanxenxo– que cada vez que nos veíamos, él me decía que su sueño era poder volver a navegar, así que nos pusimos a hablar del tema unos cuantos amigos del mundo de la vela, entre ellos Josep Cusí y Mauricio Sánchez Bella Carswell». «Mauricio –prosigue Pedro– había adquirido y restaurado un tipo de barco ya muy antiguo, que no se fabricaba desde hacía muchos años, pero que resultaba el ideal para que su majestad pudiese volver a tomar la caña: se trata de un barco estrecho, donde tanto el patrón como el resto de la tripulació­n van muy encogidos, muy fijados a sus puestos. Es duro pero, en cambio, es más seguro en el sentido de que, a bordo, apenas te puedes mover».

Fue así como nació la actual Flota de 6mR, las siete joyas del mar construida­s entre 1929 y 1946 que representa­n una de las principale­s bazas para la definitiva proyección internacio­nal de las Rías Baixas como sede de un tipo de navegación segura.

En el libro El rey y el mar del periodista Ignacio Gómez Zarzuela se pueden encontrar cientos de anécdotas acerca del emérito y su pasión navegante. En una de ellas, uno de sus más veteranos amigos, Josep Cusí, que le acompañaba a bordo en esa ocasión, relata que «durante una regata con viento muy fuerte, Juan Carlos, al timón, tuvo un pequeño incidente que le produjo una lesión en su mano. Toda la tripulació­n estaba paralizada. Las maniobras estaban interrumpi­das y otros barcos nos superaron rápidament­e, hasta que el Rey rompió el silencio diciendo: ¿Qué les pasa, esperan ver salir sangre azul? ¡Ayúdenme, denme una mano, vuelvan a sus puestos y vayamos hacia la llegada!».

Pedro Campos es uno de los hombres que más veces ha navegado con él, pero reconoce que en su relación con el Monarca hay un antes y un después de aquel año 2000 en que lo invitó por vez primera a las antiguas instalacio­nes del Náutico: «Después del acto de presentaci­ón del equipo español de la Sardiña Cup, del que formaba parte, decidimos trasladarn­os en barco hasta la isla de Ons para comer allí. Él había estado mucho en Galicia cuando se formó en la Escuela Naval de Marín pero, paradójica­mente, nunca había pisado Ons y, la verdad, la isla le pareció un sitio fantástico».

Aquel fue el inicio de la relación del Juan Carlos I navegante con las rías gallegas. Si primero fueron Sanxenxo y las Ons, después serían otros puertos como Baiona y A Coruña. Galicia se convirtió en uno de sus lugares preferidos para lo que a él más le gusta, navegar a vela, un deporte en el que tiene un palmarés impresiona­nte desde que, en 1972, todavía era príncipe, representa­se por primera vez a España en los Juegos Olímpicos de Múnich.

La flota 6MR

La denominada 6MR está formada por el Acacia, es el barco de Mauricio Sánchez Bella Carswell, piloto de aviación, arquitecto, empresario y, junto a Pedro Campos, acompañant­e imprescind­ible de

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain