Cazado con un ‘pinganillo’ en un examen de conducir
Fue durante la prueba de recuperación del permiso B
La Guardia Civil ha descubierto a dos personas utilizando métodos fraudulentos durante la prueba de recuperación del permiso de conducir B en Zaragoza. Uno de ellos se hizo pasar por otra persona y el otro utilizó móviles y un pinganillo durante la prueba.
Un hombre accedió al aula de exámenes acreditándose ante los funcionarios de la Jefatura Provincial de Tráfico con un permiso de residencia expedido a nombre de otra persona. En un primer momento no fue detectado debido, según la Benemérita, «a la gran similitud en las características físicas de las personas implicadas, ambas de origen subsahariano». Poco después de comenzar el examen, los agentes comprobaron que el aspirante estaba suplantando la identidad de la persona a la que le correspondía realizar la prueba.
Una vez verificado que los implicados actuaban eran cómplices, esta persona fue detenida por un presunto delito de falsedad y suplantación de identidad. El otro implicado, fue localizado y detenido por los mismos hechos.
Durante el examen también se detectó a un varón de nacionalidad china que infundió sospechas a los agentes.
Tras una inspección superficial de los efectos que portaba, los especialistas localizaron descubrieron que esta persona portaba dos teléfonos y un pinganillo. Utilizaba la cámara de uno de los móviles mediante un orificio en la prenda de vestir exterior que permitía visualizar la prueba por otra persona que se hallaba en el exterior de las instalaciones y que, mediante un pinganillo colocado en el oído del aspirante, le comunicaba las respuestas correctas.
Este hecho se puso en conocimiento del personal de la Jefatura de Tráfico de Zaragoza para que la prueba quedase invalidada y se iniciase el correspondiente expediente
Xadministrativo.
Con la nueva ley de tráfico utilizar dispositivos de comunicación no autorizados en exámenes de conducir se considera un fraude y, por lo tanto, es calificado como una infracción grave. Esto conlleva una multa de 500 euros y algo importante más allá del apartado económico: no poder presentarse de nuevo a examen en seis meses.