La UE abraza a Ucrania mientras da largas a los países de los Balcanes
El veto de Bulgaria impide pactar el inicio de las conversaciones con Macedonia del Norte y Albania Los Veintisiete califican de «histórico» dar el estatus de candidato a la Unión a Ucrania y Moldavia
«No estamos donde deberíamos estar con los Balcanes occidentales. Estoy muy decepcionado por cómo se han hecho las cosas, con un solo país –en alusión a Bulgaria– bloqueando todo el proceso. Las cosas no van bien». El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, no se ha andado por las ramas durante la cumbre entre los líderes de la Unión Europea y los países de los Balcanes occidentales, previa a un Consejo Europeo que ha confirmado el estatus de candidato a la UE de Ucrania y Moldavia (y Georgia una vez cumpla los requisitos exigidos por Bruselas). Una decisión más que «simbólica» que envía una señal contundente al Kremlin: el futuro de estos países no está bajo la influencia de Rusia sino en la UE.
«Es un acuerdo histórico, una decisión histórica», celebró ayer el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel en rueda de prensa tras la decisión. «Es un momento decisivo y un buen día para Europa», se sumó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. «Una vez que, por buenas razones, la OTAN dijo ‘no’ a la adhesión de Ucrania a la OTAN, hubiéramos cometido un error político y dejado un vacío si no hubiéramos tendido la mano a Ucrania y Moldavia (…) No podíamos dejar un vacío estratégico y geopolítico. Es el sentido de esta perspectiva europea y reconocimiento del estatus de candidato», añadió el presidente de Francia, Emmanuel Macron, sobre una decisión acelerada por la guerra de Rusia.
El espaldarazo a Chisinau y Kiev, en un tiempo récord para los estándares habituales, llega tan solo cuatro meses después de que el ucraniano, Volodímir Zelenski, presentara la petición –al cuarto día de la invasión de Rusia– y el mismo día en que los Veintisiete se han comprometido a revitalizar el proceso de ampliación. Una promesa que, de momento, no se traduce en avances concretos. Es más, los seis países de los Balcanes occidentales se han marchado de Bruselas decepcionados y con las manos vacías tras una reunión de cuatro horas tensa y difícil, con muchos reproches, con enfrentamiento incluido entre Macron y su homólogo serbio, Alexander Vucic, según fuentes diplomáticas. Un tira y afloja que ha continuado durante una bilateral de dos horas y que ha llevado a los líderes europeos a empezar el Consejo Europeo con una reflexión sobre los Balcanes y no Ucrania. Según Michel, se han comprometido a resolver las disputas entre Macedonia del norte y Bulgaria y a acelerar el proceso con Bosnia y Herzegovina.
«No ha habido resultados concretos pero ha sido una buena discusión y jamás lo subestimaré. Pero si me preguntan si Macedonia del Norte y Albania han logrado una fecha (para iniciar negociaciones de adhesión), no lo han conseguido. Si Prístina (Kosovo) ha logrado la liberalización de visados, no lo ha logrado. Si Bosnia y Herzegovina ha logrado el estatus de candidato, tampoco», resumió con resignación Vucic, cuyo país es el único de los Balcanes que se ha negado a aplicar las sanciones europeas contra Rusia por la guerra en Ucrania y que algunos colegas acusan de jugar a dos bandas con Bruselas y Moscú.
Fue en la cumbre de Salónica (Grecia) cuando la UE prometió la «perspectiva europea» a estos países. Veinte años después los avances han sido escasos. De los seis países –sin contar a Turquía cuyas posibilidades de adhesión se han hundido– solo dos, Serbia y Montenegro, han empezado a negociar con la Comisión Europea alguno de los 33 capítulos de los que consta el proceso pero con extremada lentitud. Macedonia del Norte, que tuvo que cambiar el nombre del país para superar las reticencias iniciales de Grecia, y Albania obtuvieron el estatus de candidato en 2005 y 2014 respectivamente, pero siguen chocando 17 y 8 años después contra el muro de Bulgaria.
«Es una vergüenza que un país de la OTAN, Bulgaria, secuestre a otros dos países de la OTAN, Albania y Macedonia del Norte, en medio de una guerra caliente en el patio trasero de la UE y con otros 26 países sentados en un aterrador espectáculo de impotencia», afeó el albanés, Edi Rama, que no escatimó en reproches a los Veintisiete por el espíritu de un proceso de ampliación que considera «retorcido», que les mantiene rehén de los enfrentamientos bilaterales. El intento hasta ahora de la presidencia rotatoria de la UE, que ocupa Francia, de desbloquear la situación ha caído en saco roto y no ha ayudado la moción de censura perdida por el Gobierno de Kiril Petkov, aunque fuentes diplomáticas mantienen la esperanza y consideran viable que Bulgaria levante su veto aunque no esta semana.
«Las próximas horas y días serán importantes para ver si podemos encontrar un acuerdo entre Macedonia del Norte y Bulgaria», explicó Macron. Este largo capítulo demuestra a ojos de Borrell, «que la unanimidad es un gran problema para tomar decisiones así que tenemos que pensar cómo tomamos decisiones en la UE porque no podemos continuar con un solo país bloquee meses y meses», avisó.
Y lo mismo ocurre con el visto bueno a la liberalización de visados a Kosovo, que al igual que Bosnia y Herzegovina tiene el estatus de candidato potencial a la UE. «Kosovo ha cumplido todos los criterios en cuanto a la liberalización de visados hace 4 años. Ahora son los Estados miembros los que tienen que apoyar este proceso porque es una injusticia para la gente de Kosovo», recordó la presidenta Vjosa Osman.
«No veo ningún daño hacia los Balcanes occidentales si Ucrania y Moldavia avanzan. Al contrario creo que abriéndoles la puerta la UE da un mensaje de que esta es una decisión geopolítica. Espero que al mismo tiempo que Ucrania y Moldavia avanzan, la UE entienda que nosotros también nos merecemos avanzar porque si la UE no da una señal unificada y clara sobre los Balcanes occidentales habrá otros actores malignos que utilicen ese espacio», avisó.