El Periódico Aragón

No pensé en nada, solo me dije, sácala rápido a la superficie y hazla respirar»

- LUIS MENDIOLA BARCELONA

Andrea Fuentes se ha convertido en una de las grandes protagonis­tas de los Mundiales de natación que se están disputando en Budapest. Su imagen lanzándose a la piscina para rescatar a su pupila Anita Álvarez, cuando esta había perdido el conocimien­to en la final del solo libre de natación artística, ha dado la vuelta al mundo. Fue una heroína en contra de su voluntad y durante las últimas horas ha explicado las sensacione­s que la asaltaron en las television­es y emisoras de todo el planeta en ese dramático instante .

«En ese momento no pensé, solo me dije, sácala rápido a la superficie y hazla respirar», explicó ayer Andrea Fuentes, feliz porque todo quedó en un susto y Anita Álvarez, de 25 años, se encuentra en buenas condicione­s y con ganas de competir hoy con el equipo. Todo sucedió en cuestión de segundos. La solista estadounid­ense puso final a su ejercicio y cuando se detuvo la música, en lugar de dejar la piscina, se hundió en el agua. Sus compañeros de equipo, presentes en la grada, pasaron de jalear su actuación a quedarse perplejos.

La propia Andrea Fuentes se dio cuenta rápidament­e de que algo no iba bien, porque no es la primera vez que Álvarez sufre un desdense vanecimien­to. En la ejecución de sus ejercicios, las nadadoras van exigidas al máximo, sobre todo cuando realizan apneas. «Los deportista­s buscamos el límite del cuerpo y a veces lo encontramo­s», explicó Fuentes a los micrófonos de El Larguero tras una jornada con las pulsacione­s disparadas. La actual selecciona­dora estadounis­e lanzó rápidament­e al agua para rescatarla. «Solo pensaba que no llegara al fondo. Veía cómo se iba hundiendo y nadé lo más rápido que pude, incluso más que cuando gané alguna medalla olímpica», recordó ayer. «La ropa me pesaba un montón, pero logré llevarla a la superficie con la ayuda de un auxiliar y la sacamos de la piscina», relató la española. Las asistencia­s médicas llegaron con rapidez y la llevaron al centro médico anexo, mientras Fuentes intentaba hacerla reaccionar.

«En ese momento

El relato

«Quise despertarl­a de todas las maneras, con gritos, con bofetadas y luego ya con el equipo médico le hicimos una maniobra que consiste en apretar muy fuerte la uña del dedo pequeño, porque es un punto que activa la adrenalina y así se despertó de golpe y empezó a gritar ‘¡Me estáis haciendo daño!’ Entonces pensé. Vale, ya está».

Después de descansar toda la noche, Álvarez se encuentra bien y se ha dejado ver junto a sus compañeras en el hotel de concentrac­ión del conjunto estadounid­ense, aunque la decisión de si volverá a competir la tomará Fuentes y el equipo técnico en función de cómo evolucione en estas próximas horas. «Ella dice que está bien, pero esperaremo­s a ver qué dicen los médicos».

«Le apretamos la

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