Zaragoza, obligada a no detenerse
El inicio del curso político en el Ayuntamiento de Zaragoza se escenificó el pasado miércoles con la reunión que el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, y la vicealcaldesa, Sara Fernández, mantuvieron con los portavoces del resto de grupos municipales (PSOE, Podemos, ZeC y Vox). El encuentro se produjo a tan solo ocho meses de las elecciones de mayo de 2023, que decidirán quién gobierna la ciudad durante los cuatro años siguientes. Pero hasta entonces todavía queda mucha tarea por hacer y la gestión de las cosas que verdaderamente importan a los ciudadanos debería estar en un primer plano, evitando que el ruido político se convierta en protagonista incómodo.
Zaragoza no puede permitirse entrar en parálisis en un momento en el que la ciudad ha de avanzar para emerger como lo que es, la quinta ciudad de España, y lo que debería ser, un referente social, económico, turístico y cultural de primer orden. La capital aragonesa tiene una primera reválida que no admite demoras: la solución al conflicto del autobús urbano, que suma más de 500 jornadas de paros.
Quizá por eso, tanto Azcón como Fernández, aprovecharon para solicitar al resto de partidos que respalden la propuesta realizada por el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA) con el objetivo de poner fin a las negociaciones que mantienen Avanza y el comité de empresa. El hartazgo ciudadano interpela no solo a las partes, sino a los representantes políticos para que den un paso adelante y desatasquen el conflicto.
Pero en el horizonte hay muchas más asignaturas pendientes para el equipo de Gobierno PP-Cs, que apuesta por bajar impuestos y elevar la inversión, pese a las estrecheces económicas de la administración local. La regeneración urbana, la transformación de los barrios, mejorar los servicios públicos, impulsar la rehabilitación de viviendas, atajar la crisis energética con propuestas audaces que fomenten las energías renovables y dar nuevos pasos en la creación del Bosque de los Zaragozanos son solo algunos de los retos, a los que se añade el proyecto de la nueva Romareda. El tiempo apremia.
La negociación de los presupuestos del último año de legislatura será, sin duda, el gran escollo que deberá salvar Azcón, que, como en el cuento del lobo, no da crédito a las amenazas de Vox de no apoyar las cuentas municipales de 2023. El problema es que esta vez habrá que pactarlas a las puertas de unas elecciones en las que la formación de la ultraderecha aspira a obtener un buen resultado.
El curso político comienza, por tanto, con un escenario más que incierto y, como novedad, con el anuncio de que Lola
Ranera se presentará a las primarias del PSOE para ser candidata a la Alcaldía de Zaragoza. Ahora resta por conocer quién será su gran rival. Azcón no deshojará la margarita hasta comienzos de 2023. Pero ahora lo más importante es que Zaragoza no se detenga.
Azcón no deshojará la margarita hasta comienzos de 2023. Pero ahora lo más importante es que Zaragoza no se detenga y siga manteniendo el pulso