La banca calcula que su tributo costará 3.900 millones al PIB
Sostienen que mermará 50.000 millones su capacidad de dar crédito
La banca eleva su ofensiva contra el impuesto al sector impulsado por el Gobierno a días de que comience su tramitación en el Parlamento. Fuentes financieras aseguran que el gravamen reducirá su capacidad de dar créditos por valor de 50.000 millones de euros, lo que hará que la economía deje de crecer en unos 3.900 millones en los dos próximos años (en torno al 0,32% del PIB con datos de 2021) y que se dejen de crear entre 25.000 y 35.000 puestos de trabajo (con lo que el número de ocupados perderá un crecimiento de entre el 0,12% y el 0,17%, con datos de la EPA del cierre de junio).
El sector ha recopilado argumentos para justificar su oposición a la proposición de ley presentada por el PSOE y Unidas Podemos. El pleno del Congreso tiene previsto debatir su toma en consideración el próximo martes y el Ejecutivo confía en verla aprobada antes de que acabe el año gracias al apoyo de la mayoría de izquierdas en el Parlamento. Hacienda calcula que la «prestación patrimonial de carácter público de naturaleza no tributaria» (la figura elegida para tratar de sortear problemas legales) le permitirá recaudar unos 3.000 millones durante los dos ejercicios en que en principio estará en vigor (2022 y 2023, con pagos en 2023 y 2024).
Las entidades recuerdan que la normativa bancaria les obliga a guardar capital por cada crédito que dan para protegerse de los posibles impagos (seis euros de media por cada 100 euros de préstamo). Los 3.000 millones previstos de recaudación, esgrimen, se reducirán del capital de los bancos, lo que disminuirá en 50.000 millones su capacidad de prestar. Es una cantidad equivalente, advierten, al 4,1% de los créditos totales concedidos a empresas y familias, a las hipotecas concedidas en los últimos 15 meses, y la mitad de los préstamos a empresas con aval del ICO otorgados durante la peor fase de la pandemia.
La banca también dice que por cada 100 euros de recaudación, el PIB dejará de crecer en 130 euros (3.900 millones en dos años) por la menor inversión y consumo que provocará el recorte de los créditos. Y si el crecimiento es menor, alegan, también lo sufrirán las arcas públicas en forma de menores ingresos por otros impuestos como el de la renta, el IVA o sociedades. Según sus estimaciones, todo ello provocará que el empleo deje de crecer en entre 25.000 y 35.000 puestos de trabajo.
También argumentan su efecto en los seis millones de pequeños accionistas de bancos que verán mermados sus ingresos por dividendos.