Pero el Zaragoza la dedicó a vagar como un alma en pena por Vitoria
y perder la sabrosa ventaja de la superioridad numérica ante un adversario de cuidado podían más que el arrojo y la valentía. El fútbol se lo cobró con el golazo del Alavés.
El Zaragoza ya había perdido media hora sumido en su desesperante incapacidad para generar fútbol y su desastrosa gestión, otra vez, de una superioridad numérica. Ni un dos contra uno en banda, ni una circulación rápida para abrir el campo y al rival. Todo era parsimonia, lentitud, desorden y caos. Exactamente igual que ante el Eibar, al que tampoco había hecho más que cosquillas. Lejos de aprender aquella lección, el Zaragoza reincidía preso de una impropia incapacidad de los jugadores para interpretar una superioridad, de su entrenador para dar las instrucciones adecuadas más allá de los gritos de ‘por fuera, por fuera’ pregonados desde la banda y de una plantilla sin extremos con los que adquirir esa profundidad indispensable para poner algún centro desde la línea de fondo que otorgue cierta ventaja al delantero e incomodara a una defensa tan tranquila.
Quedaba media hora, pero daba igual. Porque este Zaragoza es un desastre. Y así lo volvió a demostrar durante una hora entera. La hora de la vergüenza. La hora de la infamia. La hora en la que se dedicó a vagar por un campo de fútbol como alma que lleva el diablo. Sin alma. Sin vida. Sin remedio. lo que ellos querían. Hemos empezado a hacer faltas innecesarias y querían que no se jugara y que pasara el tiempo. Luego nos han metido un golazo y no hemos sabido reaccionar».
La derrota añade gravedad a una herida por la que se desangra un Zaragoza cada vez más cerca del descenso y lejos de cualquier aspiración más allá de mantener la categoría. «Hay que estar unidos y seguir», sostiene Zapater, que, al igual que el pasado martes ejerció de portavoz de la plantilla para exponer el estado del vestuario. «No creo en otra cosa que no sea el trabajo. Es lo que tenemos que hacer», apuntó.
El ejeano disputó ayer su primer partido como titular con el Real Zaragoza en la presente temporada.