Aragón resiste mejor de lo previsto y crecerá el 0,9% en 2023
Ibercaja revisa al alza el incremento del PIB, que hace cuatro meses situaba en el 0,1% Las expectativas mejoran por la menor crisis energética pero preocupa la inflación
La economía aragonesa está funcionando mejor de lo previsto este año. A pesar de las turbulencias surgidas en el último año a raíz de la guerra de Ucrania, que ha disparado la inflación a niveles insoportables, los peores vaticinios se han ido esfumando, aunque la situación no es tampoco para echar cohetes. Así lo estima el servicio de estudios de Ibercaja, que ha revisado ligeramente al alza sus previsiones de crecimiento del producto interior bruto (PIB) de la comunidad para 2023, que ahora sitúa en el 0,9% cuando hace cuatro meses estimaba un estancamiento casi total de la actividad, con alza de apenas una décima (0,1%).
El pronostico de la entidad financiera es algo más optimista para el conjunto de España, con un incremento del 1,2%, ocho décimas más que en la anterior estimación (0,4%) y tres décimas por encima de la cifra apuntada para la comunidad autónoma. Las razones que explican esta mejora de las previsiones son, según el banco, la menor repercusión de la crisis energética en Europa, que ha permitido esquivar los escenarios más negativos previstos a finales de 2022, en un contexto en el que «se mantienen las tensiones inflacionistas» y la subida de los tipos de interés «supone una nueva amenaza».
Así se recoge en la edición especial del número 78 de la revista Economía Aragonesa, editada por Ibercaja, que fue presentada ayer en rueda de prensa por el director financiero de la entidad, Antonio Martínez, el jefe de Análisis Económico y Financiero, Santiago Martínez, y el director de Comunicación y Relaciones Institucionales, Enrique Barbero.
Para 2024, los expertos de Ibercaja prevén que la evolución del PIB esté condicionada por la persistencia de la inflación y la subida de los tipos de interés y su consecuente impacto en el conjunto de la economía. Así, sitúan el crecimiento el próximo año para Aragón en el 1,1% y en el 1,5% para España. En este caso, la entidad rebaja las previsiones anteriores, que estaban fijadas en el 2,6% y 2,8%, respectivamente.
Existen pocas variaciones en las predicciones sobre la comunidad entre los diferentes analistas. El vaticinio de la DGA es el más optimista, con una estimación de crecimiento del 2,1% en 2023, mientras que el resto de pronósticos están en una horquilla reducida, desde el 0,6% de la CEOE Aragón, el 0,8% de la Cámara de Zaragoza, el 0,9% de Ibercaja y el 1,3% de BBVA y la Airef.
En el / mercado laboral aragonés, las predicciones de 2023 en términos de ocupación auguran un estancamiento, situando la tasa de paro en el 9,4%, sin variación respecto a 2022, pero casi cuatro puntos porcentuales por debajo de la media de España (13,3%).
Los expertos de la entidad afirman que la coyuntura económica «no es tan negativa como se esperaba» en el anterior número de la revista, cuando se vislumbraba una crisis energética en Europa con graves consecuencias sobre la producción y el empleo.
De esta forma, las industrias más expuestas a la subida de los precios energéticos y a un escenario de racionamiento del gas en buena parte de Europa, «han resistido mejor de lo previsto». «No se ha destruido tejido productivo ni empleo y los efectos sobre el conjunto de la economía de una crisis energética de baja intensidad se han dado exclusivamente a través del canal de los precios», que evitaron una expansión aún mayor de la economía en 2022. Así, el coste de oportunidad para las economías aragonesa y española, atendiendo al exceso de inflación y a la evolución del consumo de los hogares, en términos reales y nominales, ha rondado el 3% del PIB.